La Gran Carrera de Amistad


Había una vez en el bosque de la Patagonia argentina, una liebre llamada Lucas y una tortuga llamada Tomás. A pesar de ser muy diferentes, eran grandes amigos y siempre se apoyaban mutuamente.

Un día, Lucas decidió participar en una carrera que se celebraría en el prado del bosque. Estaba emocionado por poder demostrar su velocidad y ganar la competencia.

Por otro lado, Tomás era un poco más lento pero tenía mucha fe en sí mismo y estaba dispuesto a intentarlo.

Cuando se enteró de la noticia, Tomás le dijo a Lucas: "¡Amigo mío, yo también quiero participar en esa carrera! Sé que no soy tan rápido como tú, pero tengo voluntad y nunca me doy por vencido". Lucas sonrió y respondió: "¡Claro que puedes participar! Será divertido correr juntos". El día de la carrera llegó y todos los animales del bosque se reunieron para ver quién sería el ganador.

El conejo Donato fue elegido como árbitro y dio las instrucciones: "La meta está al final del prado. ¡Listos, fuera!". Lucas salió disparado como un rayo mientras Tomás avanzaba lentamente pero sin rendirse.

Los demás animales animaban a ambos competidores mientras iban viendo cómo avanzaban. De repente, cuando Lucas estaba casi llegando a la mitad del recorrido, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Era un pequeño pajarito atrapado entre las ramas de un árbol caído.

Tomás detuvo su paso y sin pensarlo dos veces, se acercó al pajarito y lo liberó con mucho cuidado. El pajarito, lleno de gratitud, le dijo: "¡Gracias por salvarme! Eres un verdadero héroe". Tomás sonrió y siguió corriendo detrás de Lucas.

Aunque estaba más atrás que antes, no le importaba. Sabía que había hecho algo bueno y eso era más importante. A medida que la carrera continuaba, Lucas comenzó a sentirse cansado.

Había gastado toda su energía al principio y ahora no podía mantener el ritmo tan rápido como antes. Mientras tanto, Tomás seguía adelante sin perder la esperanza. Aunque muchos animales se burlaban de él por ser lento, él seguía avanzando con determinación.

Finalmente, cuando todos pensaban que Lucas ganaría la carrera fácilmente, Tomás dio un último esfuerzo y cruzó la meta justo antes que él. Los animales del bosque quedaron sorprendidos y aplaudieron emocionados a Tomás. Incluso Lucas estaba feliz por su amigo tortuga.

"-¡Felicidades Tomás! ¡Eres increíble!", exclamó Lucas mientras se abrazaban. "-Gracias amigo mío", respondió Tomás con una sonrisa en su rostro. "-Esta victoria es para ambos.

Juntos demostramos que la amistad, el compañerismo y nunca rendirse son mucho más importantes que ser el más rápido". Desde ese día en adelante, Lucas aprendió a valorar las cualidades de cada uno y entendió que siempre hay algo bueno en cada persona o animal.

Y juntos siguieron viviendo aventuras inolvidables en el bosque de la Patagonia argentina.

Dirección del Cuentito copiada!