La Gran Carrera de Conejos
En un pequeño bosque cerca de Atlanta, vivía un grupo de conejos muy emocionados por la llegada de la Gran Carrera anual.Todos los años, los conejos se reunían para competir en una carrera divertida que recorría todo el bosque. Este año, la carrera prometía ser aún más especial porque se celebraba el aniversario del Bosque Alegre, donde todos los animales de diferentes especies vivían en armonía.
Los protagonistas de nuestra historia son dos conejitos llamados Tico y Lía. Tico era muy rápido y siempre había ganado la carrera, mientras que Lía era un conejo más pequeño y con menos confianza en sus habilidades. Sin embargo, Lía tenía un gran corazón y siempre ayudaba a sus amigos en lo que podía.
El día de la carrera, todos los animales estaban ansiosos. Tico estaba seguro de que ganaría nuevamente. "¡Voy a ganar! ¡Nadie puede detenerme!"- decía orgulloso, mientras se preparaba. Lía, en cambio, estaba un poco nerviosa. "¿Crees que pueda hacerlo, Tico? ¿Y si me quedo atrás?"- preguntó con preocupación.
"Claro que podés, Lía, solo tenés que creértelo. Además, lo más importante es divertirse. A veces, ganar no significa todo"-, le respondió Tico, tratando de animarla.
Cuando comenzó la carrera, todos salieron disparados. Tico rápidamente tomó la delantera, pero al mismo tiempo, comenzó a presumir. "¡Miren qué rápido soy! ¡Nadie puede igualarme!"- gritaba mientras saltaba ágilmente entre los árboles. Lía, por su parte, corre a su propio ritmo, disfrutando del paisaje y de la compañía de otros conejitos.
Sin embargo, durante la carrera, un problema inesperado ocurrió. Un gran charco de barro se había formado en la ruta, y Tico, distraído con su propio orgullo, no se dio cuenta. "¡Oh, no!"- gritó cuando, al intentar saltar, cayó de lleno en el barro y quedó atascado. "¡Ayuda!"- clamó, mientras sus amigos se detuvieron para mirarlo.
Lía, al ver a su amigo en apuros, corrió hacia él. "¡Tico! ¡No te preocupes! Estoy aquí para ayudarte!"- Y sin pensarlo dos veces, se metió en el barro para ayudarlo a salir. Juntos, empujaron y tiraron hasta que Tico logró liberarse de la trampa fangosa.
"¿Por qué te hiciste esto?"- preguntó Lía un poco preocupada. Tico, algo avergonzado, respondió: "Estaba tan concentrado en ganar que me olvidé de ser cuidadoso y de pensar en los demás. Muchas gracias por ayudarme, Lía"-.
A partir de ese momento, Tico aprendió una valiosa lección sobre la humildad y la importancia de ayudar a otros. Juntos, siguieron corriendo. Aunque no podían ganar el primer lugar, se dieron cuenta de que lo importante era disfrutar del momento y apoyarse mutuamente.
Finalmente, al cruzar la línea de meta, Tico y Lía llegaron juntos, riendo y felices. "¡Me alegro de que estemos juntos en esto!"- dijo Tico. "A veces, la verdadera victoria es correr con amigos"-, agregó Lía, sonriendo.
FIN.