La Gran Carrera de Harpy Hare



Era un día soleado en el Bosque Arcoíris, donde vivía Harpy Hare, una alegre y veloz liebre conocida por todos. A pesar de ser un poco más pequeña que sus amigos, Harpy tenía un corazón gigante y un espíritu competitivo. Todos los años, el bosque organizaba la Gran Carrera de Animales, y este año, Harpy estaba decidida a demostrar que su tamaño no la limitaba.

El día de la carrera, todos los animales se reunieron en el claro. "¡Bienvenidos, amigos! ¡Hoy es el día de la Gran Carrera!"- anunció Sammy, el sapo. "Habrá un premio especial para el ganador: un montón de zanahorias frescas y jugosas. ¡Que empiece la diversión!"-

Entre los competidores estaba Toby Tortoise, el tortugo, un animal muy lento pero siempre seguro de sí mismo. "No te preocupes, Harpy. La velocidad no lo es todo. Lo más importante es no rendirse"-, le dijo Toby mientras sonreía. Harpy sonrió, pero en su interior sabía que los más rápidos se llevaban la gloria en la carrera.

La gran silueta de la línea de partida se formó y el silbato sonó. "¡Listos, listos... ya!"- gritó Sammy. Todos los animales salieron disparados, y Harpy, con sus pequeñas patas, corrió a toda velocidad.

Mientras competía, Harpy se dio cuenta de que las cosas no eran tan sencillas. Aparecieron muchos obstáculos en el camino. Un arroyo que tenían que atravesar, una ladera empinada, y un sendero cubierto de hojas resbalosas. A medida que avanzaban, Harpy comenzó a sentir la presión.

"¡Mirá a esos veloces! ¿Seré capaz de alcanzarlos?"- pensó. A un lado, iba Lía, la perdiz, que había estado volando bajo, y a su otro lado, Pablo, el zorro, que saltaba con mucha habilidad. Pero, a pesar de todo, Harpy no quería rendirse. Sabía que siempre podía mejorar.

De repente, durante un tramo del camino, varios animales comenzaron a jugar y distraerse, perdiendo tiempo. Harpy tuvo una idea: "Si consigo llegar a ese puente antes que ellos, tal vez tenga una oportunidad"-.

Con toda su energía, Harpy saltó sobre los obstáculos y llegó al puente, dando un gran estirón. "¡Lo logré!"- gritó con alegría. Pero al cruzar, vio que un grupo de sapos estaba atrapado en una charca.

"¡Ayuda!"- croaron. Harpy, aunque deseaba ganar, no podía ignorarlos. "¡No se preocupen, amigos! ¡Vengo a ayudar!"- dijo mientras se apresuraba a rescatarlos. Usó ramas y hojas para formaron una trampa y los ayudó a salir.

Los sapos estaban tan agradecidos que le prometieron algo a cambio. "Cuando llegues al final, te ayudaremos a que tu velocidad sea aún mayor"- dijeron. Harpy volvió a enfocarse en la carrera, sintiéndose más ligera, como si llevara un nuevo poder con ella.

Mientras avanzaba hacia la meta, vio que Lía y Pablo se estaban distrayendo, charlando sobre el paisaje. Harpy decidió no mirar hacia atrás y seguir adelante. "Tienes que creer en ti misma, Harpy"- se recordó a sí misma.

Finalmente, al ver la meta a lo lejos, Harpy aceleró. Y cuando estaba a punto de llegar, escuchó ruidos. Era Toby, el tortugo, que estaba casi a su nivel. "Puedo hacerlo"- pensó, pero en lugar de dejarse llevar por el pánico, recordó la ayuda y la amistad que había encontrado en el camino.

Con todo su espíritu, Harpy lanzó sus patas hacia adelante y cruzó la meta justa antes que Toby, en un emocionante cierre. "¡Lo logré!"- exclamó, llena de alegría y sorpresa.

Todos los animales vitorearon. "¡Hurra, Harpy! ¡Eres la campeona!"-

Toby se acercó a ella, sonriente. "Me alegro de que hayas ganado, Harpy. Es increíble lo lejos que has llegado y lo mucho que has ayudado en el camino"- dijo.

"Gracias, Toby. Aprendí que no solo se trata de ganar, sino de ayudar a los demás y nunca rendirse"- respondió Harpy, sonriendo.

Esa noche, mientras los animales celebraban, Harpy compartió su premio con todos, porque sabía que ser campeona era aún más gratificante cuando tenía a sus amigos a su lado. Así, desde ese día, el Bosque Arcoíris no solo celebraba la velocidad, sino también la amistad y la bondad en la Gran Carrera de Animales.

FIN.

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