La Gran Carrera de la Amistad



Había una vez, en un pueblo lleno de colores y risas, dos pequeños amigos llamados Leo, el león, y Tilda, la tortuga. Leo era rápido y siempre estaba lleno de energía, mientras que Tilda era más calmada y pensativa.

Un día, mientras jugaban cerca del río, Leo exclamó:

- ¡Mirá Tilda! ¡Propongo una gran carrera! ¡El que llegue primero al árbol gigante será el campeón!

Tilda sonrió y respondió:

- ¡Eso suena divertido, Leo! Pero, ¿qué tal si hacemos la carrera juntos y disfrutamos del paisaje?

- ¡No, Tilda! ¡Quiero ser el más rápido! - dijo Leo, un poco frustrado.

Tilda, sin querer pelear, pensó un momento y luego dijo:

- Está bien, Leo, pero recordá que a veces es más lindo compartir momentos que competir. ¿Te gustaría que la carrera fuera especial?

- ¿Cómo especial? - preguntó Leo con curiosidad.

- Podríamos ir parando para ver las flores, escuchar a los pájaros y hacer amigos en el camino. ¿No sería genial? - propuso Tilda, emocionada.

- ¡Hmm...! - reflexionó Leo - Eso suena divertido, pero yo realmente quiero ganar.

Ambos amigos miraron hacia el árbol gigante y una nube de duda pasó por la mente de Leo. Mientras estaban ahí, algunos otros animales del bosque, como Paco el pato y Mimi la ardilla, se acercaron al río.

- ¿Qué pasa, Leo y Tilda? - preguntó Paco.

- Queremos hacer una carrera, pero no sabemos si competir o disfrutar del camino - explicó Tilda.

- ¡Correr es genial! - dijo Mimi - Pero a mí me gusta más cuando todos juegan juntos. ¿Por qué no hacen una carrera en la que todos puedan participar?

Leo pensó por un momento y luego dijo:

- ¡Sí! ¡Podemos invitar a todos! Pero, ¿cómo sería eso?

- Haremos una gran carrera en la que todos corran. Pero en cada parada, haremos actividades divertidas, como dar la vuelta al árbol o hacer una danza - sugirió Paco.

Y así fue como se organizó la Gran Carrera de la Amistad. Todos los animales del bosque comenzaron a prepararse, llenos de entusiasmo. Al llegar el día, todos, desde los más rápidos hasta los más lentos, se reunieron a la sombra del árbol gigante.

- ¡Bienvenidos a la Gran Carrera de la Amistad! - anunció Leo - ¡Hoy vamos a divertirnos, hacer nuevas amistades y disfrutar!

Los animales corrieron, saltaron y bailaron, parando en cada estación para celebrar. Leo aprendió que ser el más rápido no era lo más importante. Lo que realmente le llenaba de alegría era estar con sus amigos, correr juntos y disfrutar de la belleza del bosque.

Al final del día, todos agotados pero felices, se sentaron bajo el árbol gigante. Leo, que había estado muy callado, y Tilda le miraron y le dijo:

- Estoy contento de haber hecho la carrera con todos. ¿Lo ves, Leo? Es mejor disfrutar juntos que competir; así todos ganamos.

- ¡Sí, Tilda! - dijo Leo, ahora sonriendo - Gracias por recordármelo. ¡Quiero hacer esto otra vez y seguir compartiendo momentos con todos!

Y desde ese día, Leo y Tilda no solo fueron amigos aún más cercanos, sino que también aprendieron que resolver conflictos y disfrutar de la compañía unos de otros era el verdadero significado de ganar. Y así, en el pueblo lleno de colores, continuaron viviendo felices, compartiendo aventuras y risas cada día.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!