La Gran Carrera de la Selva



En la vasta selva de Zupitán, vivían cuatro amigos muy distintos entre sí: Eloy, el elefante, Momo, el mono, Zuri, la cebra y Leo, el león. A menudo, se reunían a jugar y a compartir aventuras, pero un día decidieron que era hora de hacer algo más emocionante.

"- ¡Hagamos una carrera!", sugirió Momo dando saltitos emocionado.

"- Pero no puedo correr tan rápido como ustedes", se preocupó Eloy.

"- No hay problema, Eloy. Esta carrera es sobre el trabajo en equipo y la diversión, no solo sobre quién llega primero", explicó Zuri con una sonrisa.

Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a planear la carrera. Se marcaron un recorrido que empezaba cerca del río y terminaba en la gran llanura donde crecían las flores más bellas.

El día de la carrera, toda la selva estaba expectante. Animales de todas partes llegaron para ver la competencia.

"- ¡Listos, listos, ya!", gritó Leo, y el grupo salió disparado. Momo se trepó a las ramas de los árboles, brincando de un lado a otro. Zuri galopaba con su elegante andar, mientras Eloy se movía con su característico paso lento pero firme.

Pero pronto se dieron cuenta de que el camino estaba lleno de sorpresas.

"- ¡Cuidado!", gritó Zuri, cuando se encontraron con un gran charco de barro.

"- ¡Yo me encargo!", dijo Eloy. Con su enorme cuerpo, Eloy hizo de puente para que sus amigos pasaran por encima del barro.

"- ¡Gracias, Eloy!", exclamó Momo al saltar al otro lado.

Sin embargo, cuando llegaron a un espeso arbusto lleno de espinas, fue el turno de Zuri.

"- ¡Yo puedo ayudar!", dijo Zuri, usando su agilidad para atravesar las espinas y despejar el camino.

Al poco rato, todos llegaron a un pequeño acantilado.

"- ¡No puedo saltar eso!", dijo Eloy, preocupado.

"- No te preocupes, amigo. ¡Construyamos una rampa!", sugirió Momo. Juntos, apilaron ramas y hojas y construyeron una rampa improvisada.

Eloy subió por la rampa con cuidado y, una vez en la cima, pudo ver el final de la carrera.

"- ¡Vamos, amigos! ¡Estamos cerca!", animó Leo.

Reunidos nuevamente, corrieron juntos hacia la meta. Pero justo cuando creían que llegarían primero, Momo decidió hacer una pirueta en el aire.

"- ¡Voy a llegar antes!", gritó emocionado. Pero, en su locura, perdió el equilibrio y terminó aterrizando a un lado.

"- ¡Momo!", gritaron los demás, corriendo a ayudarlo.

"- Estoy bien, yo sólo quería hacer algo divertido", respondió Momo riendo.

Al final, no importó quién llegara primero. Lo más importante fue que se ayudaron mutuamente y se divirtieron en el camino. Todos cruzaron juntos la línea de meta, con sonrisas en sus rostros y risas en el aire.

"- ¡Esto fue genial!", dijo Leo.

"- Lo mejor de todo es que corrimos como un equipo", añadió Zuri.

"- Y eso es lo que importa de verdad", concluyó Eloy.

Desde entonces, ellos no solo se convirtieron en el mejor equipo de la selva, sino que también aprendieron que la verdadera amistad va más allá de ganar o perder. Y cada día se reunían para jugar y planear nuevas aventuras, recordando siempre su increíble carrera en la selva de Zupitán.

FIN.

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