La Gran Carrera de la Selva



Había una vez en la selva, un lugar lleno de colores, sonidos y aventuras, un grupo de amigos que se preparaba para la Gran Carrera Anual de la Selva. Entre ellos estaban Tuca, la tortuga; Lila, la rana; y Bongo, el mono. Todos estaban muy emocionados por participar.

Un día, mientras disfrutaban de un delicioso almuerzo de frutas, Tuca dijo:

"¿Quién más va a correr en la carrera?"

Lila, saltando de un lado a otro, aclaró:

"¡Yo creo que todos los animales de la selva van a participar!"

Bongo, colgado de una rama, se rió y dijo:

"Sí, incluso el perezoso puede unirse. Pero, ¿quién será el más rápido?"

Los amigos decidieron entrenar todos los días para estar listos. Cada uno tenía su propio estilo. Tuca, aunque era lenta, era muy constante. Lila, en cambio, saltaba rápido y alto. Bongo, con sus travesuras, siempre hacía reír a los demás mientras se balanceaba de árbol en árbol.

El día de la Gran Carrera llegó. La selva estaba llena de animales animando a los participantes. El loro Pipo fue el encargado de dar la señal de inicio.

"¡A la cuenta de tres!

Uno... dos... ¡tres!"

Todos comenzaron a correr. Bongo, siendo el más rápido, se adelantó rápidamente, seguido por Lila, que saltaba con alegría. Tuca, aunque no iba tan rápido, mantenía su paso firme.

"¡Vamos, Tuca!" gritó Lila mientras saltaba a su lado.

"No te preocupes, Lila, ¡tengo una estrategia!" respondió Tuca con una sonrisa.

Mientras avanzaban, Tuca notó que Bongo se había distraído persiguiendo una mariposa hermosa.

"¡Bongo! ¡No te distraigas! ¡La carrera es hacia allá!"

"¡Pero mira qué linda es!" respondió Bongo, pero siguió corriendo hacia la meta.

De repente, Lila resbaló y cayó en un charco. A pesar de eso, se levantó riendo y gritó:

"¡Esto es parte de la diversión! ¡Vamos, Tuca!"

Tuca, al ver que Lila se había caído, se detuvo y le dijo:

"¿Estás bien, Lila?"

"Sí, pero creo que tengo un poco de barro en mis patas. ¡Ayúdame a limpiarlas!"

Tuca, en lugar de seguir corriendo, se acercó y ayudó a Lila a sacarse el barro de las patas.

Por otro lado, Bongo iba tan rápido que no se dio cuenta de un gran bache en el camino y ¡zas! cayó de cabeza. Rápidamente se levantó, riendo y sacudiéndose el polvo.

"¡Esto se está poniendo emocionante!"

Pero, en un giro inesperado, Tuca y Lila decidieron que lo más importante no era ganar, sino ayudarse entre ellos. Y así, durante la carrera, cada vez que uno de los amigos se caía o se distraía, el otro siempre estaba ahí para ayudar.

Cuando llegaron a la meta, Bongo, que había llegado primero, vio a sus amigos apoyándose entre sí, riendo y disfrutando del momento. En lugar de celebrarse solo a sí mismo, Bongo dijo:

"! Chicos! Ustedes son los verdaderos ganadores de la carrera. ¡Ayudarse y ser amigos es lo más importante!"

Todos se abrazaron y el loro Pipo anunció:

"¡Y el premio a los mejores amigos de la selva es para Tuca, Lila y Bongo!"

Y así, celebraron no solo la diversión de la carrera, sino la magia de la amistad en la selva.

Desde ese día, los amigos siempre recordaron que, aunque ganar es maravilloso, ayudar a los demás y compartir son lo que verdaderamente hace la vida especial.

FIN.

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