La Gran Carrera de la Selva



Era un día soleado en la selva, y todos los animales estaban emocionados por la gran carrera anual que se llevaría a cabo ese día. Entre ellos, había un grupo de amigos muy distintos: Gigi la jirafa, Miguel el mono, Leo el león, Elia la elefanta y Hippo el hipopótamo.

Todos los animales se reunieron en un claro de la selva, donde la gran pista estaba marcada con hojas y flores. Elia, con su gran corazón, preparó un delicioso snack para todos antes de la carrera. "¡Coman, coman! Necesitarán energías para la carrera!"- dijo con una sonrisa.

Gigi, la jirafa alta y elegante, se estiró para alcanzar algunas ramas altas. "¡Miren cuántas frutas hay! Voy a llevar algunas para después de la carrera!"- exclamó feliz.

Miguel, el mono travieso, estaba más interesado en hacer piruetas. "¡Yo voy a ganar, porque puedo saltar mucho más que todos ustedes!"- retó mientras saltaba de una rama a otra.

Leo, el león, con su melena dorada, se puso serio. "No se trata solo de saltar. La carrera es sobre la estrategia y el trabajo en equipo"- dijo con autoridad.

Hippo, muy seguro de sí mismo, sonrió y agregó: "Claro, ¡y también sobre la fuerza! Aunque yo creo que mi tamaño me ayudará a avanzar muy rápido en el barro!"

Cuando todos terminaron de comer, comenzó la carrera. El primero en adelantarse fue Miguel, quien estaba feliz por ir en primer lugar. "¡Miren cómo vuelo!"- gritó mientras saltaba de una rama a otra.

Pero no pasó mucho tiempo antes de que Gigi, con su altura, alcanzara una de las ramas más altas y viera la pista desde allí. "¡Miguel, ten cuidado! Hay un arbusto espinoso más adelante!"- le advirtió.

Miguel se detuvo a escuchar, pero como estaba muy emocionado, no prestó atención y siguió saltando. ¡Y justo cuando llegó al arbusto, se quedó atrapado!"¡Ay, ay! ¡Socorro!"- gritó, luchando por liberarse.

Leo y Elia se detuvieron. "¿Debemos ayudarlo?"- preguntó Elia preocupada. "¡Sí! ¡Vamos!"- dijo Leo con determinación. Ambos corrieron hacia donde estaba Miguel y, juntos, usando su fuerza, lograron desenredarlo. "¡Gracias! Pensé que no saldría de ahí nunca!"- dijo Miguel, aliviado.

Mientras tanto, Gigi observó lo que pasaba y decidió ayudar. "¡Yo voy a buscar algunas hojas grandes para cubrir el arbusto y hacer que todos lo evitemos en el camino!"- dijo. Voló alto y comenzó a recolectar hojas, haciendo que la pista fuera más segura.

Cuando Miguel se liberó y todos volvieron a la carrera, Hippo tuvo una gran idea. "¿Qué tal si hacemos un equipo? Podríamos ayudarnos unos a otros y llegar juntos a la meta!"-

Leo, Elia, Gigi y Miguel aceptaron la propuesta y comenzaron a trabajar en equipo. Miguel se encargó de guiar a Hippo por el barro, mientras Gigi vigilaba desde lo alto, Leo usaba su fuerza para arrastrar a Hippo si se quedaba atascado, y Elia corría adelante para asegurar que el camino estuviera despejado.

Al llegar a la meta, todos cruzaron juntos, riendo y disfrutando. El maestro de la carrera, el viejo búho, levantó la mano y dijo: "¡Felicidades! No solo han corrido, sino que han demostrado que trabajar en equipo es lo más importante!"-.

Gigi, Miguel, Leo, Elia y Hippo se miraron, sonriendo. "¡Esto fue más divertido que ganar!"- dijo Miguel. "Vamos a hacer esto todos los años!"- agregó Elia con entusiasmo.

Y así, el grupo de amigos se dio cuenta de que no se trataba de quién era el más rápido, sino de lo que podían lograr juntos. Desde entonces, cada año, la carrera fue una celebración de la amistad y el trabajo en equipo, porque en la selva, lo más importante era estar juntos.

Y así, vivieron felices en su maravillosa selva.

FIN.

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