La Gran Carrera de Letras



Era un soleado día en el pueblo de Letraslandia, donde las letras del alfabeto vivían felices en armonía. Cada año se llevaba a cabo una emocionante competencia conocida como 'La Gran Carrera de Letras'. Desde hacía tiempo, todas las letras soñaban con ser las más rápidas y ganadoras de la carrera, ya que el premio era una extraordinaria medalla de oro y la posibilidad de ser la letra del cartel luminoso del pueblo.

La trama se complica cuando, al llegar el día de la carrera, un grupo de letras se encuentra en una situación inusual. La letra A, que siempre era considerada la favorita, ha decidido hacer una gran sorpresa: "¡Hoy no voy a participar!"- anunció con una gran sonrisa. Todos se quedaron boquiabiertos. "¿Por qué no? ¡Eras la favorita!"- exclamó la letra S, mirando a A con sorpresa.

A respondió: "Quiero que todos tengan la oportunidad de brillar, no siempre se puede ganar. Estoy aquí para apoyar a mis amigos y celebrar sus logros. Además, tengo otra idea en mente"-. La noticia dejó a todos intrigados, incluido el siempre competitivo B, que de repente no sabía qué pensar.

A había propuesto una nueva forma de correr: "En lugar de solo esforzarnos por ser rápidos, ¿por qué no hacemos una carrera de cooperación?"- Matizando que todas las letras debían formar palabras juntos para llegar a la meta. Así, se dividieron en grupos, donde letras distintas se combinaron, y, al contrario de las tradicionales competencias, advirtieron que al unirse formaban palabras que funcionaban como pasitos para seguir adelante.

Al principio, algunos jugadores como Z y X estaban frustrados. "¡Pero no quiero ser parte de palabras raras!"- quejaba Z, mientras que X exclamaba: "Mis combinaciones nunca resultan como lo espero"-. Pero A los animó de inmediato: "No se trata de ganar, se trata de ayudar a los demás a expresar cosas bellas, ¡como una historia!"- quedando convencidos y dispuestos a intentarlo.

Con esa motivación, los grupos comenzaron a formarse. La sonrisa de A se hacía más grande a medida que las letras se unían, y la carrera empezó a transformarse en una suerte de fiesta. Un coro de letras comenzó a cantar para motivar a todos a seguir siguiendo adelante, usando palabras como ritmo, emoción y alegría.

Cuando llegaron a la meta, en lugar de un único ganador, todos en letraslandia cruzaron juntos. "¡Gané!"- gritaron en un eco general, creando palabras alegóricas que llenaron el aire con felicidad y amistad. Fue así que, aunque todas las letras participaban para construir palabras juntos, las verdaderas ganadoras eran la unión y el amor por escribir, crear y aprender juntos.

Desde ese día, no importaba quién era la más rápida o la más ágil, sino quién traía la mejor idea. Y A, que había planeado el giro de la carrera, fue galardonada con la medalla de oro, no por ser la más rápida, sino por ser la más generosa, dedicándole así el premio a todas las letras por permitirles aprender algo nuevo en conjunto.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!