La Gran Carrera de los Números



Había una vez, en el país de los números, un hada llamada Numeria, quien estaba organizando una emocionante competencia de carreras. Todos los números estaban muy entusiasmados, excepto algunos que no se sentían lo suficientemente seguros de participar, ya que sabían que el número 7 era el más rápido de todos. Mientras Numeria daba los últimos toques a la pista de carreras, los números comenzaron a hablar entre ellos.

"- ¿Para qué inscribirnos si el número 7 siempre gana?" - se lamentaba el número 4.

"- Es verdad, nunca hay oportunidad de que los demás ganemos" - añadió el número 5, con un suspiro.

El número 7, que escuchaba desde un costado, sintió un nudo en el corazón al oír cómo sus amigos se desanimaban. Era cierto que era rápido, pero no quería que eso desmotivara a los demás. Entonces, decidió tomar un paso valiente.

"- ¡Hola a todos!" - gritó el número 7, con una sonrisa."Sé que piensan que yo ganaré, pero me gustaría proponer algo diferente. ¿Qué les parece si hacemos el recorrido en equipos? Cada uno podría aportar su velocidad y su energía, y podríamos divertimos todos juntos."

Los números se miraron sorprendidos. Era una idea que nunca habían considerado.

"- No sé, el número 7 todavía sería el más rápido..." - murmuró el número 6.

"- Pero eso está bien, porque así podremos aprender de él" - sugirió el número 2, emocionado.

Con ese nuevo espíritu, los números comenzaron a inscribirse en equipos. El número 3 se unió al número 7, el número 1 se emparejó con el número 5, y el número 4 decidió hacer pareja con el número 6. Todos estaban listos y llenos de energía.

El día de la gran carrera llegó. Numeria, con su varita mágica, dio la señal de inicio y los números comenzaron a correr. Al principio, el número 7 iba a gran velocidad, pero luego se detuvo y miró hacia atrás.

"- ¡Vamos, chicos! ¡No se frenen! Recuerden que esto es un trabajo en equipo!" - gritó, animando a los demás. Esto motivó a los números, quienes empezaron a correr más rápido.

El número 3 corrió al lado del 7, tratando de mantener el ritmo, mientras que el número 6 y el 4 se animaban mutuamente. Con cada zancada, los números sentían que se divertían más, disfrutando del momento y apoyándose entre todos.

Los equipos competían, pero lo más importante era lo que estaba sucediendo en el camino. El número 2 pasó cerca del número 1 y le dijo:

"- ¡Vamos! ¡Podemos hacerlo!"

Y ambos, empujándose el uno al otro, lograron aumentar su velocidad. Mientras tanto, el número 5 se dio cuenta de que estaba corriendo más rápido de lo que había pensado.

"-¡Mirá cómo voy! ¡Esto es genial!" - exclamó.

Finalmente, llegaron a la meta, pero no fue solo el número 7 el que cruzó primero. Todos llegaron prácticamente juntos. El número 7 sonrió luciendo orgulloso de sus amigos.

"- ¡Lo logramos juntos!" - gritó el número 7, levantando sus brazos.

Desde ese día, los números aprendieron que, aunque unos puedan ser más rápidos o fuertes, la verdadera alegría está en participar, apoyarse unos a otros y divertirse como equipo. No era solo la carrera, sino la amistad lo que haría de cada competencia algo especial.

Numeria, muy conmovida por lo que sucedió, sonrió y agregó:

"- ¡Así debería ser siempre! Recuerden, no hay solo un ganador, sino muchos cuando trabajamos juntos."

Y así, en el país de los números, las carreras se anunciaron como eventos donde todos podían participar y disfrutar en equipo. Cada número encontró su valor en la colaboración y la diversión, dejando de lado la idea de que todo dependía de ser el más rápido.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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