La Gran Carrera del Bosque
Era un día radiante en el bosque, y Yampi el conejo estaba saltando de un lado a otro mientras sus amigos le miraban.
"¡Miren, amigos! ¡El sol brilla como nunca! ¿Qué les parece si hacemos algo divertido hoy?" dijo Yampi emocionado.
"¡Sí! ¡Deberíamos hacer una carrera!" propuso Susanita, moviendo su cola rápidamente.
"Una carrera suena genial, pero... no soy tan rápido como ustedes" dijo Rolito, un poco inseguro.
"¡No te preocupes! Lo importante es participar y divertirnos. ¡Podemos hacer equipos!" agregó Yampi.
Entonces, se sentaron y organizaron la carrera. El recorrido sería por todo el bosque, comenzando en el gran roble y terminando en la cascada.
"Seré tu compañera, Rolito. ¡Juntos seremos invencibles!" dijo Susanita dándole un pequeño empujón hacia adelante.
"¡Vamos! No hay que tener miedo. ¡Es solo una carrera!" animó Yampi, emocionado.
Así, los amigos se dividieron en equipos: Yampi y Susanita formarían un duo veloz, mientras que Rolito y su lado más ingenioso se encargarían de utilizar su astucia durante la carrera.
Cuando llegó el momento de la carrera, todos los animales del bosque se reunieron para ver la competencia.
"¡Atención, atención! ¡En tres, dos, uno, ya!" gritó el búho, que había sido elegido como juez.
Los amigos comenzaron a correr, riendo y disfrutando del momento. Pero pronto, algo inesperado ocurrió.
Mientras Yampi y Susanita iban a la delantera, Rolito decidió tomar un atajo.
"¡Vamos, Susanita! ¡Estamos ganando!" gritó Yampi entusiasmado.
Pero, de repente, Rolito se encontró en un camino lleno de espinas.
"¡Ay! ¡Esto duele!" exclamó Rolito, tratando de no dejar que las espinas lo detuvieran.
Mientras tanto, Susanita no pudo evitar notar que su amigo no los seguía.
"Yampi, ¡pará! Debemos ayudar a Rolito!"
"Pero estamos tan cerca de ganar..." respondió Yampi dudando.
"¡No se trata de ganar! Se trata de correr juntos y ser solidarios. ¡Vamos!" afirmó Susanita.
Rápidamente, ambos amigos dieron la vuelta y corrieron de vuelta hacia donde estaba Rolito.
Al verlo atrapado, Susanita dijo
"¡No te preocupes, Rolito! ¡Te ayudaremos!"
Juntos, con mucha paciencia, comenzaron a despejar las espinas que rodeaban a su amigo.
"Gracias, amigos. Nunca debí intentar ir solo. ¡Lo siento!" dijo Rolito con una sonrisa tímida.
"No hay de qué, Rolito. ¡Siempre estaremos aquí para ayudarnos!" contestó Yampi con alegría.
Al final, aunque no ganaron, los tres amigos cruzaron la meta juntos, riendo y sonriendo.
"¡Lo mejor de la carrera fue correr juntos!" dijo Susanita.
"Sí, no hay nada mejor que tener amigos con quienes compartir aventuras" afirmó Rolito.
El bosque estalló en aplausos y todos reconocieron que el verdadero premio era la amistad y la solidaridad.
Desde entonces, hicieron de La Gran Carrera del Bosque una tradición cada año, recordando que el valor del trabajo en equipo es lo que realmente cuenta.
Y así, el bosque mágico celebró su amistad, convirtiendo cada carrera en una divertida oportunidad para aprender y crecer juntos.
FIN.