La Gran Carrera del Bosque
En un hermoso bosque, donde los árboles susurraban secretos y las flores bailaban con el viento, vivían siete amigos: Leo el león, Tina la tortuga, Pablo el pájaro, Rocco el roedor, Lila la liebre, Suso el sapo y Melina la mariposa. Todos eran buenos amigos, pero cada uno tenía sus propias habilidades y personalidades.
Un día, el sabio búho, que era el guardián del bosque, anunció una emocionante carrera que atravesaría todo el bosque. "El ganador recibirá una medalla brillante y un sabroso festín", dijo el búho. Todos los animales estaban entusiasmados, pero Leo, el más rápido, fue el primero en decir: "Esta carrera es mía, no tengo rival".
"Yo no creo que sea solo para vos, Leo", respondió Lila, mientras se estiraba sus patas. "A todos nos gustaría competir".
"¡Pero yo soy el rey de la selva!", replicó Leo, orgulloso.
"Bueno, cada uno puede participar, y será divertido", dijo Melina, agitando sus alas coloridas.
El día de la carrera, todos estaban nerviosos. El bosque se llenó de colores y ruidos, y cada uno de los amigos se posicionó en la línea de salida. El búho dio la señal de comienzo, y todos comenzaron a correr. Leo salió disparado, pero se dio cuenta de que era tan rápido que no miraba a su alrededor.
Tina, la tortuga, movía sus patas con esfuerzo, mientras Pablo volaba por encima de todos.
"¡Vamos, Tina! ¡Podés hacerlo!", gritó Suso, alentando a su amiga.
"Gracias, Suso!", contestó Tina, mientras seguía avanzando.
Rocco, el roedor, se quedó un poco atrás al principio, pero estaba decidido a ayudar a sus amigos.
"¡Voy a esperarlos!", dijo Rocco, y se frenó para animar a los demás.
Mientras tanto, Lila, la liebre, estaba compitiendo con Leo, pero no podía mantener su velocidad. Leo siguía adelante, pero cuando miró hacia atrás, vio que sus amigos estaban muy lejos y decidió esperar.
"Vamos, amigos, ¡unámonos!", dijo Leo mientras se giraba.
"¡Pero es una carrera!", respondió Pablo, mientras volaba junto a él.
"No importa. Juntos somos más fuertes. ¡Vamos!", exclamó Leo, comenzando a ir hacia el grupo.
Entonces los siete se unieron. Al principio, Tina era la más lenta, pero los amigos la alentaron.
"Podemos esperar por vos, Tina!", dijo Melina, revoloteando a su alrededor.
Rocco corrió junto a ella, y juntos encontraron un ritmo que les permitió avanzar.
"Esto es mucho más divertido que competir solos", dijo Lila, mientras saltaba junto a ellos.
"Es verdad, nunca pensé que correr en equipo sería tan emocionante", añadió Suso, mientras hacía saltitos felices.
Los amigos comenzaron a divertirse, riendo y animándose entre sí. Pronto, todos se sintieron más motivados y la carrera se convirtió en un juego maravilloso de unidad y alegría.
Finalmente llegaron a la meta: una hermosa pradera llena de flores y un banquete de frutas frescas. ¡No había ganador! Pero todos ganaron algo más importante: el compañerismo.
"Hoy aprendí que lo más valioso no es llegar primero, sino disfrutar el camino con amigos", dijo Leo, sonriendo.
"Sí, cada uno tiene algo especial que aportar", agregó Pablo.
"Gracias por ayudarme, amigos", dijo Tina con gratitud.
El búho los observaba desde una rama, sonriendo. "Hoy han aprendido una gran lección, la de unirse y celebrar las diferencias de cada uno", dijo sabio.
Y así, celebraron juntos con un gran festín, riendo y compartiendo historias, sabiendo que el verdadero triunfo era su amistad y el compañerismo que los unía. Desde ese día, nunca olvidaron la importancia de estar juntos y apoyarse. Y cada año, celebraban con una carrera en la que no importaba quién ganara, sino que todos corrían para disfrutar juntos.
Y así, el bosque se llenó de risas y compañerismo, recordando que un verdadero equipo siempre gana cuando se ayuda y se celebra la amistad.
FIN.