La Gran Carrera Navideña
Era una fría mañana de diciembre en el pueblo de Villanochebuena. Los copos de nieve caían suavemente y la emoción navideña estaba en el aire. Santiago, un niño soñador, miraba por la ventana de su casa mientras los decoradores del pueblo preparaban el gran árbol de Navidad.
"- ¡Qué lindo sería pasar la Navidad con Santa Claus! - se decía a sí mismo. Pero aunque había pasado toda su vida en Villanochebuena, nunca había visto a Santa.
Un día, mientras paseaba por la plaza, se encontró con su amigo Roberto.
"- Santiago, ¿te enteraste de la Gran Carrera Navideña? - preguntó Roberto.
"- ¿Qué es eso? - respondió Santiago, curioso.
"- ¡Es una carrera donde Santa Claus visita a los niños y el ganador se lleva un regalo muy especial! - exclamó entusiasmado.
Santiago sintió que su corazón latía más rápido.
"- ¡Tengo que ganar! - dijo decidido.
Ambos comenzaron a entrenar, corriendo por el parque y haciendo ejercicio todos los días. Pronto, se les unieron dos amigos más: Leonardo y Fernando, quienes querían ser parte de la aventura.
Una mañana, mientras se preparaban para correr, se encontraron con un reno pequeño y un poco diferente a los demás.
"- ¡Hola! - y el reno explicó: - Soy Rodolfo, y aunque mis amigos a veces se ríen de mí, siempre he querido ser parte de una gran aventura.
"- ¿Por qué se ríen de vos? - preguntó Fernando.
"- Porque mi nariz es roja y brilla, y eso me hace diferente. Pero ser diferente no es algo malo, ¿verdad? - dijo Rodolfo con una mueca de tristeza.
Santiago se acercó al reno y le dijo:
"- ¡Claro que no! Ser diferente es lo que hace que cada uno de nosotros sea especial. ¡Queremos que te unas a nuestra carrera!
Rodolfo sonrió por primera vez.
"- ¿De verdad?"- Sí, ¡todos seremos un gran equipo! - animó Roberto.
Así que empezaron a entrenar juntos. Rodolfo, con su brillante nariz, iluminaba el camino en las noches más oscuras e inspiraba a sus amigos a correr más rápido.
El día de la Gran Carrera Navideña llegó. Todos los niños del pueblo estaban ahí, listos para comenzar. Santa Claus apareció en su trineo blanco y brillante.
"- ¡Hola a todos! - gritó Santa con alegría. - Estoy emocionado de ver quién ganará la carrera este año.
Santiago, Roberto, Leonardo, Fernando y Rodolfo se alinearon, nerviosos pero entusiasmados.
"- ¡A la cuenta de tres! - dijo Santa. - ¡Uno, dos, tres, ya!
Los niños comenzaron a correr. Al principio estaban todos juntos, pero pronto algunos comenzaron a quedar atrás. Santiago miró a su alrededor y se dio cuenta de que Rodolfo estaba teniendo dificultades para mantener el ritmo.
"- ¡Rodolfo! - gritó. - No te quedes atrás, vení!
Rodolfo dudó por un momento, sintiéndose inseguro.
"- Pero no puedo correr tan rápido como ustedes... - murmuró.
"- ¡No importa! - le respondió Santiago. - No se trata de ganar, sino de disfrutar la carrera y de tener amigos a tu lado. ¡Vení con nosotros!
Con esas palabras, Rodolfo respiró hondo y comenzó a correr con todas sus fuerzas. Su nariz brillaba más que nunca y su alegría contagiaba a los demás.
Al llegar a la mitad de la carrera, todos se dieron cuenta de que la competencia no era lo más importante; lo mejor era el compañerismo y la diversión que estaban compartiendo juntos.
Finalmente, cruzaron la meta, todos juntos, riendo y disfrutando del momento.
"- ¡Felicidades, todos! - dijo Santa con una gran sonrisa. - No hay un solo ganador hoy, porque todos demostraron el verdadero espíritu de Navidad.
Santiago sintió mucha felicidad.
"- ¡Gracias, Rodolfo, por ser parte de nuestro equipo! - exclamó.
"- Ustedes me hicieron sentir especial - contestó Rodolfo. - Ser diferente no significa no ser parte de algo grande.
Y así, en Villanochebuena, aprendieron que la verdadera Navidad no se trata de ganar, sino de la amistad, la inclusión y la alegría de compartir momentos especiales. Desde ese día, Rodolfo se convirtió en un héroe en el pueblo, y su luz nunca dejó de brillar.
Cuando llegó la noche de Navidad, los cinco amigos se reunieron debajo del gran árbol y se prometieron que, sin importar lo que sucediera, siempre estarían juntos, apoyándose en todo y celebrando sus diferencias. Y así, Villanochebuena se llenó de alegría y amor en cada Navidad.
FIN.