La gran carrera solidaria


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, donde vivían muchos animales felices. Entre ellos se encontraban Lucas, el león valiente; Martina, la mariposa amigable; y Ramiro, el ratón curioso.

Un día soleado, Lucas decidió organizar una carrera para todos los animales del pueblo. Quería que todos participaran y demostraran su valentía. La noticia rápidamente se extendió por todo el lugar y los animales comenzaron a prepararse para la gran competencia.

Martina estaba emocionada por la carrera, pero también preocupada porque había visto a Ramiro muy triste. Se acercó a él y preguntó:- ¿Qué te pasa, Ramiro? Pareces preocupado. Ramiro suspiró y respondió:- Es que no sé si debería participar en la carrera.

Todos son mucho más grandes y fuertes que yo. Martina sonrió con ternura y le dijo:- No importa qué tan grande o fuerte seas, lo importante es tener coraje y nunca rendirse.

Además, ¡tienes habilidades únicas! Puedes pasar por lugares estrechos e incluso encontrar atajos durante la carrera. Las palabras de Martina hicieron que Ramiro recuperara su confianza. Decidió seguir adelante y participar en la carrera junto a los demás animales. El día de la competencia llegó finalmente.

Todos los animales estaban listos en la línea de partida mientras Lucas daba las últimas instrucciones.

- Recuerden que esta carrera no solo trata de ser el más rápido o fuerte, sino también de mostrar valores importantes como el respeto, el trabajo en equipo y la amistad. ¡Que gane el mejor! La multitud animaba a los corredores mientras la carrera comenzaba.

Lucas lideraba el grupo con su fuerza y velocidad, seguido de cerca por Martina, quien volaba elegantemente entre las flores. A medida que avanzaban, Ramiro encontró un atajo por debajo de un árbol caído. Sabía que esto podría darle una ventaja sobre los demás competidores.

Sin embargo, cuando estaba a punto de tomar el atajo, vio a Mariana, una pequeña tortuga que se había quedado atrás y parecía estar luchando por avanzar. Ramiro recordó las palabras de Martina sobre la amistad y decidió ayudar a Mariana en lugar de tomar el atajo egoístamente.

Juntos, lograron llegar al siguiente obstáculo y continuaron corriendo juntos hasta alcanzar al resto del grupo. Mientras tanto, Lucas y Martina estaban muy cerca de la línea de meta.

Pero justo antes de cruzarla, Lucas tropezó con una piedra y cayó al suelo. Martina pudo haber aprovechado esta oportunidad para ganar la carrera fácilmente, pero en cambio decidió detenerse y ayudar a Lucas a levantarse. - ¡Vamos Lucas! No te rindas ahora.

Juntos podemos terminar esta carrera - le dijo Martina con convicción. Lucas se levantó con determinación gracias al apoyo de Martina. Corrieron juntos hacia la línea de meta mientras todos los animales los aplaudían emocionados.

Al final del día, aunque no todos pudieron ser el primero en cruzar la línea de meta, cada uno mostró valores importantes durante la carrera: valentía, amistad y trabajo en equipo.

Desde ese día, los animales de Villa Alegre aprendieron que no importa qué tan pequeños o grandes sean, todos tienen algo valioso para ofrecer. Y lo más importante es siempre recordar que los verdaderos ganadores son aquellos que se preocupan por los demás y actúan con nobleza en cada situación.

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