La Gran Contienda de Animales
En un lugar muy, muy lejano, existía un gran bosque que se extendía hacia el horizonte. Al sur, estaba lleno de flores y árboles frondosos. Era el hogar de los animales de Europa, que disfrutaban de la paz y la belleza de su tierra. Al norte, había vastas llanuras y montañas majestuosas, donde vivían los animales de Asia, que también llenaban su hogar de vida y colores.
Un día, un grupo de liebres europeas, ledas y saltones, decidió aventurarse al otro lado de un río que separaba ambos continentes. La liebre líder, llamada Lila, dijo:
"¡Miren amigos! ¡Puedo construir una gran casa para saltar más alto que ninguna otra liebre de Asia! ¡Sería la mejor casa del mundo!"
Al mismo tiempo, un tigre asiático llamado Rocco estaba escuchando todo. No le gustó que Lila hablara así.
"¿Quieren venir a mostrarle a los asiáticos quiénes son los mejores? ¡Me parece que se están olvidando de que aquí en Asia tenemos las montañas más altas y los ríos más profundos!"
Los animales europeos comenzaron a sentirse orgullosos, e incluso algunos, como el zorro de pelaje brillante llamado Ziggy, asumieron que la competencia era necesaria para demostrar su valía.
"¡Vamos a mostrarles quiénes somos!", gritó Ziggy.
Así, sin pensarlo mucho, los animales de Europa llegaron al lado asiático del río e hicieron una gran manifestación.
"¡Nosotros somos los mejores! ¡Los europeos son los mejores!"
Los animales de Asia, liderados por Rocco, se sintieron aludidos.
"¿Quiénes creen que son? ¡Nosotros cuidamos a nuestras llanuras y montañas también!"
La competencia derivó en una gran contienda entre los dos grupos. Cada grupo empezó a hacer demostraciones de sus habilidades:
- Los europeos mostraron lo rápido que podían correr los ciervos;
- Los asiáticos, en respuesta, mostraron la fuerza de sus elefantes.
Los días pasaban y la tensión crecía. "¿Hasta dónde podía llegar esta guerra?", pensaban muchos.
"Estamos dividiendo nuestra hermosa tierra con tanto orgullo y competitividad. ¿Qué pasa si esta contienda no para?", se preguntó una anciana tortuga de Europa llamada Tula.
"Voy a hablar con ellos", decidió.
Tula decidió cruzar el río y se encontró con Rocco.
"Rocco, ¿no te parece que todo esto se está saliendo de control?", dijo Tula, con voz tranquila.
"No, Tula, ¡tenemos que demostrar que somos los mejores!" respondió Rocco, mientras sus ojos brillaban de emoción.
"Pero Rocco, en lugar de pelear, ¿qué tal si unimos nuestras fuerzas y hacemos una competencia amistosa? Así podemos aprender unos de otros y ser amigos", sugirió Tula.
Rocco se detuvo a pensar.
"¿Una competencia amistosa? ¿De qué hablarías?"
"Podríamos hacer juegos donde usemos lo mejor de cada uno. Una carrera, un concurso de saltos, y por último un gran baile, ¡donde todos pueden mostrar su estilo único!", respondió Tula.
Rocco miró hacia su grupo y vio cómo algunos se mostraban inseguros. Con curiosidad y un poco de esperanza, aceptó la idea.
"Está bien, haremos eso".
"¡Genial!", exclamó Tula al regresar a contarle a los animales de Europa.
Así que un día, Lila, Ziggy, y todos los animales se reunieron de un lado del río, y del otro lado llegaron los animais asiáticos. El primero de los juegos fue la gran carrera, donde cada cual iba a demostrar sus habilidades.
Después de la carrera, participaron en el concurso de saltos, donde las liebres brillaron. Sin embargo, los ciervos europeos se dieron cuenta de que los tigres podían saltar de un modo que nunca habían visto antes, creando un gran espectáculo.
Finalmente, llegó la hora del gran baile. Cada animal mostró su estilo y se reían y aplaudían juntos.
"¡Esto es más divertido de lo que imaginé!" dijo Lila al ver a Rocco groovear con un vals.
Cuando la noche terminó y todos estaban cansados pero felices, Rocco se acercó a Tula.
"Gracias, Tula, por tu sabio consejo. Nunca pensé que podríamos aprender tanto y hacerlo juntos. No necesito ser el mejor, solo ser parte de algo especial es suficiente."
Y así, los animales de Europa y Asia aprendieron a aceptarse y se dieron cuenta de que competir no significa estar en contra de otros, sino celebrar lo que cada uno puede ofrecer.
Desde entonces, los dos grupos se unieron y establecieron un día del año donde celebraban juntos, recordando siempre que la amistad y la diversión son más valiosas que el orgullo.
Y colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!
FIN.