La Gran Feria de los Cinco Sentidos
Era un hermoso día en el Colegio José Hernández, y los alumnos de segundo año estaban emocionados. Se acercaba la gran Feria de los Cinco Sentidos, un evento donde cada uno de ellos debía preparar algo para celebrar la comida y la salud. Todo el aula era un bullicio de ideas e imaginación.
"Che, ¿qué vamos a hacer para la feria?" - preguntó Sofía, con su cabello rizado y una gran sonrisa.
"Yo quiero preparar una limonada de frutas!" - dijo Tomás, sacudiendo su cabeza con entusiasmo.
"Pero no solo eso, también tenemos que mostrar los otros sentidos!" - interrumpió Valentina, siempre muy meticulosa con los detalles.
Al grupo se le ocurrió algo increíble: cada puesto en la feria tendría que diseñarse para estimular todos los sentidos. Entre risas y pequeñas discusiones, decidieron asociarse por grupos, cada uno con un sentido como tema principal.
Sofía, Tomás, Valentina y Mateo formaron un equipo y decidieron trabajar en el sentido del gusto. Juntos, comenzaron a investigar las frutas de la región, y encontraron que podían hacer una refrescante ensalada de frutas con un toque especial: miel y menta.
"¡Yo puedo traer la miel de casa!" - sugirió Mateo, que vivía en una granja.
"¡Y yo puedo traer las frutas!" - agregó Sofía, emocionada, mientras pensaba en todas las frescas variedades.
Pero el tiempo corría, y a medida que se acercaba el día de la feria, Valentina se empezó a preocupar.
"Chicos, no hemos hablado de los otros sentidos. ¡Hay tanto por hacer!" - dijo, mirando a todos con ojos grandes.
"Tenés razón, Valu. ¿Qué tal si hacemos un juego también?" - propuso Tomás.
Así nació la idea del juego “Adiviná el sentido”. Ponían diferentes frutas en una caja, y los niños tendrían que adivinarlas solo tocándolas o oliéndolas. ¡Fue un gran acierto! Todos se esforzaron y el grupo trabajó en equipo. Sin embargo, hubo un pequeño giro: un día antes de la feria, mientras juntaban los ingredientes, un chiquito llamado Lucas, que no pertenecía a su grupo, se acercó a ellos.
"Hola chicos, yo no tengo un grupo..." - dijo Lucas, un poco tímido.
Sofía miró a sus amigos, y sin pensarlo dos veces, le dijo:
"¡Vení, únase a nosotros! necesitamos tu ayuda, ¡y así podemos hacer algo más grande!"
A Lucas se le iluminaron los ojos.
"¡De verdad? ¡Gracias!"
Así, con Lucas en el equipo, decidieron añadir un sentido más: el olfato.
El día de la feria llegó, y el gimnasio del colegio estaba decorado con colores vibrantes. Todos los demás grupos también estaban listos. Cuando fue su turno, comenzaron.
"¡Bienvenidos a nuestro stand!" - gritó Tomás, sacudiendo la mano.
"Hoy les enseñaremos sobre el gusto, el olfato, y el tacto, pero también el asombro de descubrir juntos!" - agregó Valentina, con una gran sonrisa.
Los visitantes comenzaron a tocar las frutas, olerlas, y, por supuesto, probar la ensalada que habían preparado. La gente gritaba de emoción al adivinar cada fruta. Pero al final lo mejor fue que, a pesar de sentir un poco de presión, se unieron como equipo y disfrutaron cada momento.
Cuando por fin terminaron, la profesora de educación física se acercó a ellos para dar un anuncio especial.
"Este grupo se lleva el premio a la creatividad porque no solo trabajaron en equipo, sino que invitaron a otro compañero y crearon algo único para todos!"
Sofía, Tomás, Valentina, Mateo y Lucas saltaron de alegría. Habían aprendido que compartir y colaborar en equipo no solo es importante para crecer, sino que también hace que todo sea más divertido. Y así, la Gran Feria de los Cinco Sentidos terminó siendo un éxito rotundo.
A poco de irse, Valentina miró a todos y dijo:
"Chicos, ¿qué les parece si hacemos una tradición y la convertimos en un club de alimentación saludable?"
Todos se miraron, sabían que esto era solo el comienzo de grandes aventuras y aprendizajes juntos.
"¡SÍ!" - gritaron a la vez. Desde ese día, no solo celebraron la comida, sino que también aprendieron a valorarla, a compartirla y, sobre todo, a disfrutarla como una familia.
Y así fue como en el Colegio José Hernández, la Gran Feria de los Cinco Sentidos dejó una huella en cada corazón.
-
FIN.