La Gran Fiesta de Cumpleaños en el Bosque
En un frondoso bosque lleno de árboles altos y cantarinas aves, vivía una lechuza llamada Lía. Era una lechuza sabia, conocida por todos los animales del bosque. A pesar de su fama de ser tan inteligente, Lía a veces se sentía un poco ansiosa, especialmente cuando algo importante se acercaba, como el cumpleaños de su querido abuelo sapo, Don Frodo.
Un día soleado, mientras Lía estaba posada en su rama favorita, pensó en cómo quería hacer que el cumpleaños de Don Frodo fuera especial. "¡Debo sorprenderlo!", exclamó emocionada. Pero, a medida que pensaba en los preparativos, también comenzó a sentir un nudo en su estómago. "Y si a nadie le gusta la fiesta... ¿Qué pasará si no puedo organizarlo bien?" -susurró para sí misma, sintiendo la ansiedad apoderándose de ella.
Sin embargo, Lía sabía que tenía amigos que podrían ayudarla. "¡Voy a pedirles ayuda!" -decidió. Convocó a sus amigos: el conejo Rocco, la tortuga Tula y el pájaro Benny.
Cuando todos se reunieron, Lía les explicó su plan. "Quiero hacer una fiesta súper especial, pero me siento un poco nerviosa" -confesó.
"No te preocupes, Lía, ¡somos un gran equipo!" -dijo Rocco, saltando emocionado. "Podemos decorar el claro del bosque con flores y luces".
"Y yo puedo traer tortas deliciosas para todos" -agregó Tula con una sonrisa.
"Yo me encargaré de la música y las canciones" -dijo Benny, alzando sus alas.
Con el apoyo de sus amigos, Lía se sintió más tranquila. A pesar de la ansiedad que la acompañaba, se concentró en el plan. Se pusieron a trabajar: recogieron flores de colores, decoraron el claro con cintas brillantes y prepararon una gran mesa llena de sabrosos manjares.
El día de la fiesta llegó, y el bosque estaba lleno de alegría. Sin embargo, cuando Lía vio a todos los animales reunidos, sintió nuevamente un escalofrío de nervios. "¿Y si my abuelo no llega?" -pensó, mirando el reloj.
Pero justo en ese momento, apareció Don Frodo, con una gran sonrisa en su cara. "¡Feliz cumpleaños a mí!" -exclamó, cuando vio la hermosa decoración y a todos sus amigos.
Lía se sintió aliviada y emocionada. "¡Abuelo, esta fiesta es para vos!" -dijo, volando hacia él.
Mientras comenzaban a cantar y a celebrar, Lía observó a su abuelo disfrutando con todos. Rocco, Tula y Benny estaban tocando y bailando, llenando el aire con risas y música. Lía se dio cuenta de que su ansiedad había desaparecido; lo importante era que todos estaban juntos, celebrando la alegría de su abuelo.
Después de un rato, Don Frodo se dirigió a Lía. "Querida Lía, no puedo decirte cuánto me alegra tenerte y a tus amigos a mi lado. No hay mejor regalo que la amistad". Lía sonrió, sintiendo que había hecho lo correcto.
Al final de la fiesta, se sentaron alrededor del fuego y Don Frodo compartió historias de su juventud. "A veces, la ansiedad puede parecer un gran monstruo, pero con el apoyo de quienes amamos, podemos enfrentarlo" -dijo, mirando a Lía.
Y así, en el mágico bosque, la lechuza Lía aprendió que no importa cuán grande sea la ansiedad, siempre había amigos que podían ayudarla a superarla. Con cada cumpleaños y cada celebración, sus lazos de amistad solo se hacían más fuertes.
FIN.