La Gran Fiesta de la Selva
Era un día radiante en la selva. Todos los animales estaban emocionados porque ese día se celebraría la Gran Fiesta de la Selva. Pero esta no era una fiesta cualquiera; en esta ocasión, cada grupo de animales tendría la oportunidad de mostrar sus talentos a través de un baile, y lo más importante, celebrar la amistad.
Los cuatro grupos que se habían formado eran: los Monos Mimosos, los Elefantes Elegantes, los Tigres Amistosos y las Aves Cantoras. Cada grupo se preparó con muchas ganas, ensayando sus coreografías mientras todos los demás animales miraban con alegría.
Primero, se presentaron los Monos Mimosos. Saltando de rama en rama, llegaron al centro del claro con sonrisas en sus caras.
"¡Hola, amigos! Somos los Monos Mimosos y venimos a mostrarles un baile divertido que habla de la amistad y las risas. ¡Vamos a bailar juntos!" - dijo uno de los monos, moviéndose de manera contagiosa.
Con su ritmo divertido, los monos comenzaron a moverse. Se balanceaban, hacían piruetas y todos se unieron a ellos, riendo y disfrutando. Al finalizar, todos aplaudieron con energía, y los monos se sintieron muy felices.
Luego, fue el turno de los Elefantes Elegantes. Con pasos suaves y movimientos delicados, los elefantes marcharon hacia el centro.
"¡Hola a todos! Nosotros somos los Elefantes Elegantes y hemos preparado un baile que celebra la fuerza de la amistad. ¡Disfruten!" - anunció la elefanta mayor, en un tono suave y melodioso.
Los elefantes comenzaron a realizar un baile hermoso y armonioso, donde giraban y formaban figuras en el aire. Su enorme tamaño parecía no importar, ya que cada movimiento que hacían hacía sentir a todos los demás la grandeza de la amistad. Al final de su presentación, todos los animales estaban maravillados y aplaudieron con fuerza.
El tercer grupo a presentarse fue el de los Tigres Amistosos. Con un rugido juguetón, los tigres se acercaron al centro.
"¡Hola, amigos de la selva! Somos los Tigres Amistosos y nuestro baile refleja la lealtad y el compañerismo que encontramos en la amistad. ¡Veamos!" - exclamó el tigre más pequeño, con una gran sonrisa.
Los tigres comenzaron a moverse ágilmente, creando piruetas elegantes y acrobacias sorprendentes. Se ayudaban entre ellos y se movían al ritmo de una melodía suave. El público no podía dejar de aplaudir, y al final, todos estaban de pie, llenos de energía por su actuación.
Por último, llegaron las Aves Cantoras. Coloreadas y brillantes, llenaron el claro de la selva con sus trinos.
"¡Hola, hermosos amigos! Somos las Aves Cantoras y venimos a entonar una canción que habla sobre la unión y la amistad. ¡Vamos a volar juntos!" - dijo la más colorida de las aves, con entusiasmo.
Las aves comenzaron a cantar y a danzar en el aire, creando un espectáculo lleno de alegría. Al terminar, el eco de su canción reverberaba en la selva, llenando a todos con la calidez de la amistad. Todos los grupos comenzaron a bailar juntos como una sola gran familia, disfrutando del momento y celebrando la amistad que los unía.
De repente, el jaguar, que había estado sentado al borde del claro observando todo, decidió que era hora de unirse a la fiesta.
"¡Amigos! ¡Yo también quiero bailar!" - exclamó, saltando adelante.
Los animales se miraron entre sí, un poco inseguros, ya que sabían que el jaguar era un depredador.
"¿Pero vas a ser amable?" - preguntó una de las aves.
"Claro, yo solo quiero divertirme y compartir con ustedes. La amistad es para todos, ¿no?" - respondió el jaguar con una gran sonrisa.
Los animales decidieron darle una oportunidad, y juntos formaron un círculo. Todos se movieron al ritmo de la música, sintiendo la alegría de la unidad y la amistad.
La Gran Fiesta de la Selva terminó con risas, baile y un fuerte sentido de comunidad. Desde ese día, todos los animales supieron que la amistad no tiene límites y que siempre hay espacio para compartir y disfrutar juntos. Así, el jaguar se convirtió en un querido amigo de la selva, recordando siempre lo importante que es bailar y celebrar la vida con aquellos que amamos, sin importar las diferencias.
Y así, el eco de la fiesta resonó en los corazones de los animales, convirtiéndose en una tradición que recordarían por siempre.
FIN.