La Gran Fiesta de la Selva



Era un hermoso día en la selva peruana. Los animales estaban muy emocionados porque iban a celebrar la Gran Fiesta de la Selva. Todos estaban invitados y cada uno debía traer algo especial para compartir.

El perezoso Lucho decidió que llevaría su sabroso plátano. "¡Este plátano es el más dulce de todos!"- pensaba mientras se movía lentamente.

La ardilla Rina pensaba en qué llevar. "¡Traeré nueces!"- decía. Ella quería impresionar a todos con su delicia.

La tortuga Tula también quería participar, pero sabía que su carga era pesada. "¡No tengo nada para llevar!"- se lamentaba.

Lucho, al escucharla, se acercó y le dijo: "Tula, tú siempre aportas algo muy importante a nuestras fiestas, tráete a tus amigos el perezoso Miguel y los otros del estanque. Ellos también harán felices a todos con su música"-.

Tula sonrió y asintió: "¡Tienes razón!"- Y se fue para invitar a sus amigos.

El día de la fiesta, los animales se fueron reuniendo en el claro de la selva. Lucho llegó tardísimo, arrastrando su plátano. "Perdón por la tardanza, el plátano era más pesado de lo que pensé"- dijo. Todos los amigos estaban allí esperándolo.

Rina se sorprendió al ver que Lucho había llegado. "Te extrañé, Lucho. ¡Espero que tu plátano sea delicioso!"-

Cuando Lucho se disponía a abrir el plátano, se dio cuenta de que una parte estaba un poco dañada. "Oh no, ya no puedo compartir el plátano"- se lamentaba.

Pero la tortuga Tula se acercó y le dijo: "No te preocupes, Lucho. A veces, la belleza está en lo simple. ¡Podemos compartir lo que podemos!"-

Así que Lucho, Rina y Tula se sentaron juntos y empezaron a compartir lo que cada uno había traído.

"¡Esto es increíble!"- exclamó Rina mientras comía nueces.

"¡Y yo tengo una canción para tocar!"- anunció el perezoso Miguel, que estaba con Tula.

Así, entre risas, nueces y la música de los amigos, se olvidaron del plátano dañado y disfrutaron de la verdadera esencia de la fiesta: ¡la amistad!

Al final del día, Tula miró a todos sus amigos y dijo: "Lo más bonito de la fiesta es que todos contribuimos de corazón, no importa cuánto. Lo importante es que compartimos"-.

Todos asintieron con la cabeza y se sintieron felices de haber compartido ese lindo momento juntos. La Gran Fiesta de la Selva se convirtió en una verdadera celebración de la amistad, el respeto y la responsabilidad, y todos se fueron a sus casas prometiendo hacer una nueva fiesta pronto.

Y así, la selva volvía a estar tranquila, pero llena de risas y buenos recuerdos. ¡Hasta pronto, amigos!

FIN.

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