La Gran Fiesta de la Selva



En lo profundo de la selva peruana, vivían muchos animalitos que eran amigos. Había un perezoso que se llamaba Pedro, una tortuga llamada Tina, un loro llamado Lucho y un pequeño mono llamado Mingo.

Un día, mientras jugaban, el loro Lucho tuvo una idea.

"¡Amigos! ¿Por qué no hacemos una gran fiesta para celebrar nuestra amistad?"

Todos los animales se pusieron muy contentos.

"¡Sí! ¡Quiero!" dijo el mono Mingo dando vueltas.

"¡Yo también!" agregó Tina emocionada.

"Sí, sí, ¡una fiesta!" dijo Pedro muy despacito.

Pero al organizar la fiesta, empezaron a discutir.

Mingo quería bailar, pero Lucho quería cantar.

"¡Pero a mí me gusta bailar!" decía el mono.

"¡Y a mí me gusta cantar!" respondía el loro.

Entonces, la tortuga Tina trató de ayudar.

"Chicos, ¿por qué no hacemos ambas cosas? Podemos bailar y cantar juntos."

"Sí, es una buena idea, Tina!" gritaron los demás.

"¡Vamos a respetar las ideas de todos!" dijo Pedro mientras sonreía.

Así que empezaron a preparar la fiesta. Cada uno trajo algo especial.

Mingo trajo frutas frescas, Lucho trajo melodías alegres, Tina trajo una manta grande para sentarse y Pedro ayudó a acomodar todo con calma.

Pero justo cuando la fiesta iba a comenzar, apareció un jaguar muy triste.

"¡Hola amigos! ¿Puedo unirme a su fiesta?" preguntó el jaguar.

"¡Claro! ¡Siempre hay lugar para un amigo más!" dijeron todos al unísono.

El jaguar se sonrió.

"Gracias, no tengo amigos y me siento solo."

Al oír eso, todos los animalitos sintieron en su corazón que debían hacer algo.

"Vamos a hacer que se sienta bienvenidos", dijo Tina.

"¡Haremos una canción para él!" sugirió Mingo.

"Mientras bailamos, lo abrazamos y le mostramos nuestro cariño", dijo Lucho.

"Todos somos parte de esta familia," añadió Pedro.

Y así, comenzaron a cantar y a bailar para el jaguar. Luego, lo invitaron a compartir las frutas y todos juntos rieron y jugaron.

El jaguar se sintió feliz y agradecido.

"No sabía que era tan lindo tener amigos. Gracias por ser tan solidarios y respetuosos conmigo," dijo emocionado.

"¡Vamos a ser amigos de ahora en adelante!" respondió Mingo.

La fiesta terminó con abrazos y risas. Todos aprendieron que el respeto y la solidaridad hacen que la amistad sea más fuerte.

Desde ese día, la selva no fue solo el hogar de Pedro, Tina, Lucho y Mingo, sino también del jaguar y muchos otros animales que se unieron.

Y así, la gran fiesta de la selva se convirtió en una celebración de amor y amistad, donde siempre había espacio para todos, sin importar quiénes fueran.

"¡Un, dos, tres, todos juntos!" gritaron felices los amigos.

Y así terminó la hermoso día en la selva, con corazones llenos de alegría y amistad.

Todos aprendieron que juntos son más fuertes y que siempre hay que respetar y ayudar a un amigo en la necesidad.

FIN.

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