La gran fiesta de las frutas
En un colorido y frondoso huerto, las frutas estaban emocionadas porque finalmente iban a tener su gran fiesta anual.
La manzana, la pera, la naranja, la banana, la sandía, el durazno y muchas otras frutas deliciosas se reunieron para organizar el evento. "¡Esto va a ser la mejor fiesta de la historia del huerto!" exclamó la sandía con entusiasmo. "Sí, vamos a tener música, juegos, baile y la mejor comida del huerto", dijo la pera con una sonrisa.
Todos estaban felices y ansiosos por la gran celebración. El día de la fiesta llegó y el huerto se llenó de risas, alegría y deliciosos aromas.
Había un concurso de baile donde la banana demostró sus movimientos más graciosos, un juego de esconderse donde la naranja se coló entre unas hojas y fue muy difícil de encontrar, y hasta un concurso de lanzamiento de semillas donde la manzana resultó ser la campeona.
A medida que avanzaba la fiesta, la frutas se dieron cuenta de que la piña no estaba participando en ninguna actividad. La piña siempre había sido un poco tímida y solitaria, pero las demás frutas se acercaron a ella para animarla a unirse a la diversión.
La piña, con un poco de timidez al principio, aceptó la invitación y pronto se encontró disfrutando de la fiesta como nunca antes lo había hecho. La noche cayó sobre el huerto y las estrellas brillaban en el cielo.
La gran luna iluminaba la pista de baile donde todas las frutas bailaban felices y unidas. La fiesta había sido un éxito y cada fruta se fue a dormir con una sonrisa en su rostro.
Al día siguiente, el huerto se despertó lleno de energía y amor, pues la fiesta había unido a todas las frutas como nunca antes.
Desde ese día, las frutas celebraban su fiesta anual con aún más entusiasmo y alegría, recordando siempre que la verdadera magia de la fiesta estaba en estar juntos y apoyarse mutuamente. Y así, la gran fiesta de las frutas se convirtió en una tradición que perduró para siempre en el frondoso huerto.
La moraleja de esta historia es que, a veces, basta con unirnos y apoyarnos mutuamente para que la fiesta de la vida sea aún más maravillosa.
FIN.