La gran fiesta de las hormigas
Había una vez un pequeño hormiguero llamado "El hogar de las hormigas felices", donde vivían unas hormigas muy trabajadoras. Entre ellas se encontraba Aria, una hormiga curiosa y aventurera, que siempre soñaba con salir a explorar más allá de los límites del hormiguero.
Un día, mientras Aria trabajaba, escuchó un rumor sobre una comida maravillosa que se encontraba en el jardín del ser humano que vivía cerca. Las hormigas decían que era un festín de migajas, dulces y deliciosos banquetes que podría alimentar a todo el hormiguero por semanas.
"¡Debemos ir a buscar esa comida!" - exclamó Aria emocionada. "¡Imaginá lo bien que le vendría a nuestra comunidad!"
Al principio, las otras hormigas eran escépticas.
"Eso es muy arriesgado, Aria" - dijo una hormiga mayor llamada Tula. "Es muy peligroso salir del hormiguero sin un plan."
Pero Aria no se rindió y decidió que iba a encontrar la comida, sin importar los riesgos. Así que reunió a un grupo de hormigas amigas: Lía, la rápida, y Pablo, el fuerte.
"Si vamos todas juntas, tal vez podamos encontrar una forma de llevar los alimentos al hormiguero sin que nos atrapen" - dijo Lía.
El trío se aventuró fuera del hormiguero, pero antes de salir completamente, Aria se detuvo y tuvo una idea.
"Vamos a hacer un mapa. Así sabemos por dónde ir y qué obstáculos podríamos encontrar" - sugirió.
Las hormigas hicieron un pequeño boceto del lugar, utilizando pequeñas piedras y hojas. Con el mapa listo, se sintieron más seguras y se dispusieron a avanzar.
Mientras cruzaban el campo, se encontraron con una gran sombra. Era un gato que los observaba con curiosidad. Las hormigas se detuvieron en seco.
"¡Rápido, escondámonos!" - gritó Pablo, y todas se metieron rápidamente en un arbusto.
Desde su escondite, vieron al gato jugar con una bola de hilo. "¡Ese gato podría comernos!" - murmuró Lía, temblando. Aria pensó rápidamente.
"Tal vez si hacemos ruido, lo distraigamos y podamos pasar sin que se dé cuenta" - propuso.
Las hormigas comenzaron a hacer ruidos y a moverse de un lado a otro, lo que hizo que el gato se fijara en ellas por un momento. Mientas el gato intentaba atrapar a las hormigas, ellas lograron correr al otro lado del jardín.
"¡Lo logramos!" - exclamó Aria emocionada. Con el corazón palpitante, continuaron su búsqueda.
Luego de un rato, llegaron a un rincón del jardín donde encontraron una enorme fuente de migajas de un picnic. Sus ojos brillaron de felicidad.
"¡Es todo un banquete!" - gritó Lía. Pero antes de que pudieran acercarse, oyeron una voz: era la dueña del jardín.
"¡¿Qué hacen esas hormigas aquí? !" - gritó; las hormigas se paralizaron.
"¿Qué hacemos, Aria?" - preguntó Pablo, asustado.
"¡Rápido! A reunir las migajas y regresar al hormiguero antes de que ella se nos acerque!" - ordenó Aria.
Las hormigas se pusieron a trabajar. Lía corrió a recolectar una migaja, mientras que Pablo, con su fuerza, levantó una más grande. Aria, con su mente rápida, organizó a sus amigas. Ellas trabajaron unidas, recolectando todo lo que podían. En minutos, lograron llenar unas hojas de migajas y en silencio comenzaron el retorno al hormiguero.
Cuando llegaron, las hormigas del hormiguero quedaron asombradas.
"¡Lo lograron!" - gritó Tula, incapaz de creerlo. Las hormigas se juntaron en círculo para disfrutar de la gran fiesta que Aria, Lía y Pablo habían traído.
"Esto es increíble, Aria. Has sido muy valiente y has traído alegría a nuestra comunidad" - dijo Tula con una sonrisa.
"Sí, pero fue gracias a todas nosotras" - respondió Aria. "Aprendimos a cuidar de unas a otras y a ser valientes en las dificultades. "
Y así, a medida que disfrutaban del festín, las hormigas comprendieron que el trabajo en equipo y el valor para enfrentar los miedos podían llevar a grandes recompensas. Desde ese día, Aria se volvió una heroína en el hormiguero, y todas las hormigas estaban de acuerdo en que no siempre era necesario temer al mundo exterior, sino aprender a enfrentar los retos juntos. Y así, bajo el calor del sol y la alegría compartida, el hormiguero siguió siendo un lugar feliz y unido, lleno de nuevas aventuras por vivir.
FIN.