La Gran Fiesta de los Amigos



Era una tarde soleada en el barrio de La Estrellita, y a Clara y Lucas les encantaba jugar con sus amigos. Ese día, sus padres les anunciaron que recibirían a varios invitados para una tarde de juegos. Clara miró a Lucas y dijo con entusiasmo:

- ¡Qué emocionante! ¿Quiénes vienen?

- Vienen Martín, Sofía y su hermana, Valentina, ¡espero que se diviertan mucho! - respondió Lucas, mientras comenzaba a saltar de alegría.

Clara pensó por un momento y recordó que nunca habían recibido a tantos amigos juntos.

- ¡Necesitamos hacer algo especial! - gritó Clara. - No solo podemos jugar, quiero que se sientan bienvenidos.

Lucas, emocionado, propuso:

- ¡Vamos a preparar la casa! Podemos limpiarla y hacer una rica merienda.

- ¡Sí! Eso será divertido - dijo Clara.

Así que juntos decidieron cómo organizar la tarde. Primero, empezaron a limpiar. Clara se encargó de acomodar los juguetes.

- ¡Mirá, Lucas! El juego de construcción está por todos lados. - dijo Clara.

- Tienes razón. Vamos a ponerlo en su caja - contestó Lucas.

Después de un rato, la casa brillaba de limpieza. Hasta que Clara tuvo una idea brillante:

- ¿Qué tal si hacemos una decoración con globos y banderines?

- ¡Genial! - replicó Lucas, corriendo hacia el patio donde guardaban los globos.

Ambos comenzaron a inflar los globos de colores, riendo y haciendo competiciones para ver quién inflaba más rápido. Al terminar, el salón parecía un verdadero carnaval.

- ¡Listo! La casa está hermosa, ahora, ¿qué hacemos para la merienda? - dijo Lucas contento.

Clara pensó en algo delicioso:

- Podríamos hacer galletitas y un rico batido de frutas. - sugirió Clara - ¿Te parece?

- ¡Sí, eso les va a encantar! - contestó Lucas.

Se pusieron a hacer las galletitas. Clara mezcló los ingredientes mientras Lucas amasaba la masa con mucho esmero. Sin embargo, cuando Clara fue a sacar la bandeja del horno…

- ¡Ay no! - gritó, mientras se le caía la masa.

Lucas se espantó y dijo:

- ¡Oh no, Clara! Pero no te preocupes, lo podemos recoger, ¡es solo un pequeño accidente!

Así que juntos, limpiaron el desorden y decidieron hacer más masa. ¡Con mucho cuidado! Finalmente, lograron hacer las galletitas perfectamente.

Una vez cocidas, el aroma llenó la casa y los amigos comenzaron a llegar. Clara y Lucas estaban nerviosos, pero la risa de Martín y Sofía cuando entraron llenó la habitación de alegría.

- ¡Hola, chicos! - saludaron todos los amigos juntos. - ¡Qué linda casa tienen!

Clara y Lucas sonrieron felices y les mostraron el decorado.

- ¡Qué lindo! ¡Me encantan los globos! - dijo Sofía, admirando todo lo que habían preparado.

- ¡Y huele riquísimo! - agregó Valentina, mientras miraba la mesa llena de galletitas.

La tarde transcurrió entre juegos: jugaron a la escondida, armaron rompecabezas y hasta hicieron una competencia de dibujo. De repente, Lucas tuvo otra idea:

- Vamos a teñir las galletas de colores. ¡Podemos hacer una torre de galletas! - propuso.

Los chicos comenzaron a crear una torre gigante usando las galletitas que habían hecho. Eran las más divertidas y coloridas que jamás habían visto.

- ¡Es la torre de la amistad! - gritó Martín, mirando la creación con orgullo.

Todos celebraron y se sacaron una foto. Clara se dio cuenta de que, aunque al principio estaban nerviosos, el esfuerzo valió la pena. Antes de que se fueran, Sofía dijo:

- ¡Esa fue la mejor tarde! Gracias Clara y Lucas, ¡ustedes son excelentes anfitriones!

Clara y Lucas se miraron felices y se dieron cuenta de que lo más importante no eran las galletitas o la decoración, sino la diversión y la amistad que compartieron.

- ¡Hasta la próxima! - gritaron juntos mientras sus amigos se despedían.

Y así, Clara y Lucas aprendieron que recibir visitas podían ser una gran aventura, solo necesitaban un poco de organización, muchas sonrisas y un toque de amor.

Desde ese día, cada vez que tenían amigos en casa, se preparaban con entusiasmo, sabiendo que lo mejor de todo estaba en disfrutar juntos con risas y juegos.

FIN.

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