La Gran Fiesta de los Animalitos
En un hermoso bosque lleno de árboles frondosos y flores de colores, vivían muchos animalitos que eran muy buenos amigos. Cada uno tenía su propia personalidad, pero todos compartían un gran amor por la diversión y la amistad. Un día, decidieron organizar una gran fiesta para celebrar su amistad y compartirla con todos.
Los animalitos se reunieron en un claro del bosque y comenzaron a planear la fiesta. Todos estaban emocionados.
"¡Vamos a hacer una gran fiesta!" - dijo la ardilla Lila, saltando de un lado a otro.
"Sí, y podemos tener juegos, música y muchas comidas ricas" - agregó el conejo Ramón, moviendo su nariz.
"¡No olvidemos la decoración!" - exclamó la mariposa Clara, que ya soñaba con guirnaldas de flores.
Mientras que los animalitos discutían sobre los planes, llegó el misterioso búho Olmo. Él era conocido por ser muy sabio, pero también tenía un espíritu juguetón.
"Hola amiguitos, ¿qué están tramando?" - preguntó Olmo, observándolos desde su rama.
"Estamos organizando una fiesta, Olmo!" - respondió Lila emocionada.
"¡Me encantaría ayudar! Pero, ¿se han puesto a pensar en una sorpresa para la fiesta?"
Los animalitos se miraron unos a otros, pensando en qué tipo de sorpresa podían tener.
"¿Qué tal si preparamos una presentación de talentos?" - sugirió Ramón.
"¡Eso sería genial! Pero, ¿todos los animales tendrán un talento especial?" - preguntó la tortuga Tita, un poco preocupada.
"Claro que sí, Tita! Todos tenemos algo especial que ofrecer" - aclaró Clara, revoloteando alrededor de su amigo.
Así que, por fin, la idea de la presentación de talentos se convirtió en el foco principal de la fiesta. Durante toda la semana, los animalitos practicaron sus talentos.
El día de la fiesta llegó, y el claro se transformó en un lugar mágico. Había flores colgadas de los árboles y una larga mesa llena de deliciosos platillos: nueces, zanahorias, frutas y ¡hasta tortas decoradas con hojas!
Los animales comenzaron a llegar, todos vestidos con sus mejores atuendos, y el bullicio de risas llenó el aire.
"¡Miren qué lugar tan bonito han decorado!" - dijo el ciervo Felipe, asombrado.
"¡Gracias! Ahora, ¿pronto comienza la presentación de talentos?" - preguntó Lila.
Finalmente, se hizo un círculo en el claro y comenzó la presentación. Primero fue Clara, que realizó un hermoso baile, aleteando entre las flores.
"¡Bravo, Clara!" - gritaron todos.
Luego, fue el turno de Ramón, que hizo acrobacias sorprendentes.
"¡Eres muy ágil, Ramón!" - aplaudieron los animalitos.
Fue el turno de Tita. Ella no sabía si podía hacer algo especial, pero finalmente decidió contar un cuento.
"Érase una vez, en un bosque no muy lejano, había un puente que todos los animales cruzaban para ir a buscar fruta…" - comenzó. Los animales la escucharon con atención y, al final, todos gritaron:
"¡Eres increíble, Tita!"
Después de que cada animalito mostró su talento, Olmo se levantó y dijo:
"¡Es hora de una sorpresa! He preparado un pequeño juego. Se llama 'La búsqueda del tesoro'. Tendrán que buscar pistas por todo el bosque y encontrar un cofre escondido."
Los ojos de todos los animalitos brillaron de emoción. Así que, siguiendo las pistas que Olmo había dejado, comenzaron la aventura.
"¡Miren! Aquí hay una pista que dice que tenemos que encontrar una roca con forma de corazón" - dijo Ramón, y todos comenzaron a buscar.
Finalmente, después de un rato de búsqueda, encontraron la famosa roca.
"¡Aquí está! Y ahora dice que debemos buscar un árbol con flores amarillas" - dijo Lila, llena de entusiasmo.
Corrían de un lado a otro, llenos de risas y alegría. Después de varias pistas, ¡por fin llegaron a la última!"¡El cofre está justo detrás de la gran cascada!" - gritó Clara.
Con gran emoción, todos se dirigieron a la cascada. Cuando llegaron, encontraron un cofre dorado. !"¿Qué habrá dentro?" - preguntó Tita, con los ojos llenos de curiosidad.
Con mucho cuidado, abrieron el cofre. ¡Estaba lleno de deliciosas frutas y nueces!"¡Qué sorpresa tan rica!" - exclamó Ramón, mientras todos se reían y celebraban su victoria.
Y así, la fiesta continuó con música, baile y muchas más aventuras. Todos los animalitos comprendieron que lo que hacía especial a la fiesta era la amistad y la colaboración.
"¡Esta es la mejor fiesta que hemos tenido!" - dijo Lila.
"Sí, y gracias a cada uno de ustedes, la hicimos inolvidable" - añadió Olmo.
A medida que el sol comenzaba a ponerse, todos los animalitos se reunieron para una última canción.
"¡Gracias por ser mis amigos!" - cantaron todos juntos mientras el día terminaba.
Y así, con corazones llenos de alegría y estómagos llenos de frutas, concluyó la Gran Fiesta de los Animalitos, un día que siempre recordarían.
FIN.