La Gran Fiesta de los Sonidos



Era un soleado día en la granja de Don Pedro. Todos los animales estaban emocionados porque ese día se celebraba la Gran Fiesta de los Sonidos. Era un evento muy especial donde cada animal mostraría su talento.

El perro, llamado Rocco, había estado practicando su ladrido. "¡Guau, guau!", -decía orgulloso. "Voy a hacer el ladrido más fuerte de todos!".

La vaca, llamada Blanca, también tenía algo que decir. "¡Muuu!" -exclamó con gracia "Yo quiero mostrar que mi muuu es el más melodioso".

El gato, que se llamaba Michi, decidió que era hora de demostrar su maullido. "¡Miau, miau!" -maulló mientras estiraba sus patas delanteras. "Nadie puede superar mi estilo".

La oveja, conocida como Lala, no podía esperar para mostrar su talento también. "¡Beee!" -saltó feliz "Mi balido será el más suave de todos".

Y por último, la gallina, llamada Pinta, estaba lista para el gran momento. "¡Cloc! ¡Cloc!" -cantó contenta "Mi canto servirá para despertar a todos".

Aunque todos estaban muy emocionados por sus talentos, hubo un pequeño problema... Rocco estaba preocupado porque uno de los animales parecía distante y callado. Era Pinta, la gallina, quien se sentía insegura por su canto.

Rocco se acercó a ella y le dijo: "Pero si tu canto fue el más bonito en la prueba, Pinta. ¡No te preocupes!"

Lala, la oveja, se unió y dijo: "¡Sí, Pinta! Todos amamos tu canto; ¡eres parte de nuestra gran familia!".

Blanca, la vaca, asintió con la cabeza. "¡Exacto! La fiesta no sería la misma sin ti. ¡Todos los animales necesitamos de los demás para ser especiales!".

Unidos, los animales formaron un círculo y comenzaron a practicar juntos sus sonidos. Rocco ladraba al ritmo del balido de Lala, mientras que Michi maullaba suavemente, y Blanca se unía con sus —"muuu"  melodiosos. Y Pinta, después de escuchar a sus amigos, se sintió inspirada y comenzó a cantar con más fuerza. "¡Cloc! ¡Cloc! ¡Cloc!"

Finalmente, llegó la hora de la gran presentación. Los animales se pusieron en fila y, cuando llegó su turno, cada uno mostró su talento orgullosamente.

"¡Guau, guau!" -ladró Rocco.

"¡Muuu!" -respondió Blanca con alegría.

"¡Miau, miau!" -agregó Michi con elegancia.

"¡Beee!" -baló Lala con dulzura.

"¡Cloc! ¡Cloc!" -finalizó Pinta, sintiéndose feliz y enérgica.

El público, compuesto por niños del pueblo y los vecinos, aplaudió con entusiasmo. Todos se dieron cuenta de lo especial que era cada sonido y lo importante que era la unión de todos los animales.

Al final del día, tras la gran presentación, Pinta se acercó a sus amigos y les agradeció. "Gracias a todos ustedes, descubrí que mi canto también tiene su magia".

Rocco le dio un lametón en la cara y le respondió: "Siempre recuerda que juntos hacemos más ruido y alegría, ¡y eso es lo más bonito!"

Desde aquel día, Pinta nunca volvió a sentir inseguridad sobre su talento. Todos los animales aprendieron que, aunque cada uno tenía un sonido diferente, juntos creaban una hermosa sinfonía que resonaba en toda la granja. Y así, la Gran Fiesta de los Sonidos se convirtió en una tradición que celebraban cada año, recordando siempre el valor de la amistad y la unión.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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