La Gran Fiesta en la Selva



En lo profundo de la selva peruana, donde los árboles son altísimos y las flores brillan con colores vivos, vivían muchos animales encantadores. Entre ellos estaba Lila, la mariposa, quien siempre estaba muy feliz.

Un día, Lila decidió organizar una fiesta para todos sus amigos del bosque.

"¡Voy a celebrar una gran fiesta en la selva!" - dijo Lila emocionada.

"¿Pero cómo vas a hacerla?" - preguntó Tito, el tucán.

"¡Con mucho amor! Invitaré a todos y juntos haremos una gran celebración." - contestó Lila con una sonrisa.

Lila voló por todos los rincones de la selva, invitando a cada uno de sus amigos. Invitó a Chamo, el jaguar, a Lola, la rana, y a Carlos, el perezoso. Todos aceptaron con alegría, pero Chamo, un poco tímido, dudó.

"Yo no sé bailar como ustedes, quizás no me diviertan…" - dijo Chamo.

Lila le respondió con cariño: "Pero lo importante no es bailar bien, sino disfrutar juntos. ¡Ven y serás bienvenido!"

El día de la fiesta, todos llegaron a un hermoso claro en la selva. Cada uno trajo algo especial. Tito trajo música, Lola trajo unos deliciosos insectos, y Carlos trajo un montón de hojas para jugar.

Todos estaban muy felices, ¡era una verdadera fiesta! Pero cuando empezaron a bailar, Chamo se quedó un poco apartado.

"¿Por qué no te unes, Chamo?" - le preguntó Lola.

"Yo no quiero interrumpir, no sé cómo moverse como ustedes…" - respondió Chamo con tristeza.

Lila se acercó y le dijo: "A todos nos gusta estar contigo. No importa si no bailas como nosotros, si te unes nos harás sonreír a todos."

Con esas palabras, Chamo se animó y decidió intentarlo. Al principio, movió su cuerpo despacito, pero luego, con la música alegre, empezó a saltar junto a sus amigos. Todos rieron, aplaudieron y lo apoyaron.

Finalmente, Chamo se sintió muy feliz y gritó: "¡Gracias, amigos! ¡Me siento como parte del grupo!"

Lila, encantada, dijo: "¡Esa es la verdadera amistad! Siempre hay que incluir a los demás, eso es ser solidarios."

Y así, en la selva, la fiesta siguió llena de risas, baile y alegría. Todos aprendieron que el respeto, la amistad y la solidaridad son los mejores ingredientes para disfrutar juntos.

Al caer la tarde, Lila miró a todos sus amigos y dijo: "Lo más lindo de esta fiesta no ha sido la música ni el baile, sino que estamos juntos, apoyándonos y respetándonos. ¡Eso es lo que verdaderamente importa!"

Desde aquel día, la selva siempre estuvo llena de fiesta, baile y el sonido de la amistad entre todos sus habitantes. Y Lila, con su gran corazón, siempre recordaba a Chamo: "¡Siempre hay espacio para todos!"

Y así, con una sonrisa y el cariño de sus amigos, la selva peruana nunca dejó de celebrar su gran amistad.

Fin.

FIN.

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