La Gran Huida de Bauti, Mati y Juan


Había una vez tres amigos llamados Bauti, Mati y Juan. Un día, decidieron ir de compras al shopping más grande de la ciudad. Estaban muy emocionados por pasar el día juntos y encontrar cosas geniales.

Llegaron al shopping y comenzaron a recorrer las tiendas. Bauti encontró una nueva pelota de fútbol que le encantaba, Mati descubrió un juego de mesa súper divertido y Juan se enamoró de unos zapatos deportivos increíbles.

Mientras estaban en medio de su diversión, algo extraño comenzó a suceder. La gente dentro del shopping empezó a comportarse de manera extraña, con miradas vacías en sus ojos y movimientos torpes.

Pronto se dieron cuenta de que había una invasión zombi en el lugar. "¡Chicos, corramos!", exclamó Bauti mientras tomaba la mano de sus amigos. Salieron corriendo hacia la salida principal del shopping, pero se dieron cuenta rápidamente de que estaban rodeados por los zombis.

"No podemos salir así", dijo Mati nervioso. "Tenemos que buscar una forma inteligente para escapar". Juan tuvo una idea brillante: recordó haber visto un mapa del shopping en uno de los kioscos informativos cerca del patio de comidas.

"¡Vamos allí! Tal vez podamos encontrar alguna ruta secreta o escondite seguro", sugirió Juan entusiasmado. Los tres amigos corrieron hacia el kiosco informativo mientras evitaban a los zombis que caminaban lentamente detrás de ellos.

Cuando llegaron al kiosco, encontraron el mapa justo como lo había recordado Juan. "¡Aquí está! ¡Vamos a buscar una salida alternativa!", exclamó Mati emocionado. Los chicos estudiaron el mapa con cuidado y encontraron un pasadizo subterráneo que los llevaría hacia una salida en la parte trasera del shopping.

Sin perder tiempo, comenzaron su aventura por los oscuros túneles subterráneos. A medida que avanzaban, encontraron obstáculos como puertas cerradas y zombis que se interponían en su camino. Pero trabajando juntos, lograron superar cada desafío.

Bauti usaba su pelota de fútbol para distraer a los zombis lanzándola en direcciones opuestas, mientras Mati utilizaba su juego de mesa para construir barricadas temporales y Juan usaba sus nuevos zapatos deportivos para correr rápidamente cuando era necesario.

Finalmente, después de muchas vueltas y giros, llegaron a la salida trasera del shopping. Respiraban agitadamente pero también se sentían orgullosos de haber encontrado el camino hacia la seguridad. Mirando hacia atrás, vieron cómo el shopping estaba lleno de zombis hambrientos.

Se dieron cuenta de lo valientes y astutos que habían sido al enfrentarse a esta situación tan peligrosa. "Chicos, hemos aprendido algo importante hoy", dijo Bauti mientras abrazaba a sus amigos. "La amistad verdadera nos da fuerzas para superar cualquier desafío".

Mati asintió con entusiasmo: "Y también aprendimos lo poderosos que somos cuando trabajamos juntos como equipo".

Juan sonrió y agregó: "A veces las situaciones más difíciles pueden convertirse en aventuras emocionantes si mantenemos una actitud positiva y nunca dejamos de creer en nosotros mismos". Los tres amigos se dieron la mano y caminaron juntos hacia el atardecer, listos para enfrentar cualquier otra aventura que la vida les trajera.

Y así, Bauti, Mati y Juan demostraron que incluso en medio de una invasión zombi, el valor, la amistad y el trabajo en equipo pueden llevarnos a superar cualquier obstáculo.

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