La Gran Lección de Kim



Era un día soleado en el barrio donde vivía Kim. Ella, una niña curiosa y aventurera, siempre estaba buscando nuevas formas de aprender y divertirse. Sin embargo, ese día en la escuela, sucedió algo inesperado.

Mientras estaba en el recreo, Kim se dio cuenta de que dos de sus compañeras, Sofía y Valentina, estaban discutiendo. Sofía, una niña tranquila y siempre dispuesta a ayudar, había olvidado su merienda y Valentina, que era un poco más competitiva, comenzó a hacerlo alarde de la suya.

"¿Por qué no me compartís un poco de tu merienda?" - le pidió Sofía a Valentina.

"¡No! Es mía y no me gusta compartir" - respondió Valentina.

Kim se acercó a ellas. No le gustaba ver a sus amigas pelearse.

"Chicas, ¿por qué no se ponen de acuerdo? Podrían compartir sus meriendas. Así ambas pueden disfrutar juntas" - sugirió Kim.

Valentina miró a Sofía y, después de un momento de reflexión, respondió:

"Creo que tenés razón, Kim. No es necesario pelear. A veces uno quiere tanto su merienda que se olvida que compartir también es divertido".

En ese instante, decidieron que cada una compartiría un poco de su merienda, y así lo hicieron. Risas y charlas llenaron el aire y, por un momento, la discusión desapareció. Pero lo que Kim no sabía era que esto sería solo el principio de una gran aventura.

Al día siguiente, en el aula, la profesora propuso una actividad: cada grupo de estudiantes tendría que hacer una presentación sobre un tema de interés. Kim estaba entusiasmada y decidió que su grupo presentaría sobre la importancia de compartir y la amistad. Sofía y Valentina, que habían hecho las paces gracias a Kim, estaban en su equipo.

A medida que trabajaban en la presentación, se dieron cuenta de que tenían diferentes ideas sobre cómo presentarlo. Valentina quería hacerlo de manera más competitiva, mientras que Sofía prefería un enfoque más amigable.

"Valentina, creo que deberíamos hacerlo más ligero, como una charla amigable" - propuso Sofía.

"Pero eso no va a captar la atención de la clase. ¡Necesitamos algo emocionante!" - respondió Valentina.

Kim, intentando mediar entre las dos, pensó que era el momento ideal para recordarles lo que había aprendido el día de la pelea.

"Chicas, ¿recuerdan cuando compartimos nuestras meriendas? Lo hicimos porque queríamos disfrutar juntas, ¡y eso es lo que hace que la amistad sea especial! Podemos encontrar un equilibrio entre nuestras ideas para que ambas estén representadas".

Ambas amigas se miraron, reflexionando sobre las palabras de Kim. Al final, decidieron combinar sus ideas. Crearon una presentación que combinaba la emoción de competiciones amistosas con el mensaje de que compartir es lo que realmente une.

El día de la presentación llegó y, para su sorpresa, la clase disfrutó mucho su trabajo. Las risas resonaban en el aula mientras ellas presentaban. Al final, la profesora aplaudió y les dio muchos elogios.

"¡Excelente trabajo, chicas! Han demostrado que la colaboración y la amistad son la clave para lograr grandes cosas. ¡Estoy muy orgullosa de ustedes!"

Después de clase, Kim se sintió feliz de haber contribuido a que sus amigas hicieran las paces y de cómo juntas lograron una presentación única. A medida que caminaban de regreso a casa, Sofía dijo:

"No sé qué haría sin vos, Kim. Gracias por siempre ayudarnos a recordar lo que realmente importa".

"Sí, tenés razón. Lo mejor de todo es que aprendimos a ser un buen equipo" - agregó Valentina.

Desde ese día, Kim, Sofía y Valentina se volvieron inseparables, aprendiendo que tanto en la escuela como en la vida, la amabilidad, el compartir y la amistad siempre deben estar en el centro de todo. Y así, en su barrio, siguieron viviendo aventuras cada día, siempre recordando que la verdadera esencia de la amistad es el compañerismo y la generosidad.

Fin.

FIN.

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