La Gran Lección de la Letra Mayúscula


Había una vez en el Reino de las Letras, un grupo de letras que vivían felices y contentas en su mundo mágico.

Entre ellas se encontraban la letra A, la letra M, la letra Y, y por supuesto, la letra preferida de todos: la mayúscula. La mayúscula era muy especial, ya que siempre se destacaba entre las demás letras. Su tamaño imponente y su forma majestuosa la hacían brillar con luz propia.

Todos en el Reino de las Letras admiraban a la mayúscula y le tenían un profundo respeto. Un día, llegó al reino una nueva letra llamada minúscula.

La minúscula era muy simpática y amigable, pero no entendía por qué la mayúscula siempre iba primero en las palabras importantes. "¿Por qué siempre tienes que ser tan grande y estar al inicio?", preguntó curiosa la minúscula a la mayúscula.

La mayúscula sonrió con ternura y le explicó a la minúscula que su tamaño y posición eran necesarios para resaltar lo importante de cada palabra. "Cuando quiero dar énfasis o importancia a algo, ahí es cuando me necesitan", dijo la mayúscula con orgullo.

La minúscula comprendió entonces la importancia del uso de la mayúscula y juntas decidieron enseñarle a todas las letras del reino sobre cuándo usarla correctamente. Pronto, todas las letras aprendieron que al comenzar una oración o un nombre propio debían usar a la mayúscula para hacerlo resaltar.

Pero un día oscuro llegó al Reino de las Letras: una malvada bruja llamada Puntuación decidió sembrar el caos entre las letras. Puntuación comenzó a quitarle los puntos finales, comas y signos de interrogación a las palabras, haciendo que todo perdiera sentido.

Las letras estaban desesperadas hasta que recordaron lo importante que era seguir las reglas gramaticales para comunicarse correctamente. Fue entonces cuando invocaron el poder de la mayúsucla para detener a Puntuación y devolver el orden al reino.

Con valentía y trabajo en equipo lograron vencer a Puntuación y restaurar el equilibrio perdido en el Reino de las Letras.

Desde ese día, todas las letras recordaron siempre utilizar adecuadamente a la mayúsucala para destacar lo más importante en sus mensajes. Y así fue como gracias al poder de la educación gramatical y el uso correcto de las reglas ortográficas, el Reino de las Letras vivió feliz por siempre jamás.

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