La Gran Lección de las Abejitas



En la Escuela Abejitas de Santa Rita, los chicos estaban emocionados porque finalmente comenzaban las clases después de un largo descanso.

El sol brillaba en el cielo, y el aire fresco de la mañana les daba energía para empezar un nuevo año escolar. El primer día de clases, la maestra Clara les dio la bienvenida a todos con una sonrisa cálida. Los chicos se sentaron en sus pupitres con ansias de aprender y divertirse juntos.

Entre ellos se encontraban Martín, el curioso; Sofía, la creativa; Tomás, el deportista; Valentina, la amigable; y Juan, el travieso. - ¡Buenos días, chicos! ¿Cómo están hoy? -saludó la maestra Clara.

- ¡Bienvenidos al nuevo año escolar! Estoy emocionada por todo lo que vamos a aprender juntos -agregó con entusiasmo. Los chicos se miraron unos a otros con alegría y expectativa. Sabían que este año estaría lleno de aventuras y descubrimientos.

Pero lo que no esperaban era que algo inusual sucedería ese mismo día. Mientras estaban en clase de matemáticas, escucharon un zumbido extraño proveniente del patio.

Todos se asomaron por la ventana y vieron algo increíble: ¡un enjambre de abejas volando hacia ellos! - ¡Oh no! ¡Las abejas vienen hacia nosotros! -gritó Martín asustado. La maestra Clara mantuvo la calma y les pidió a los chicos que se quedaran tranquilos en sus lugares. Con paso firme pero cauteloso, salió al patio para ver qué estaba pasando.

Para sorpresa de todos, las abejas no parecían agresivas ni peligrosas. - Chicos, no hay por qué alarmarse. Las abejas son criaturas maravillosas que solo buscan polen para hacer miel -explicó la maestra Clara al regresar al aula.

Los niños observaron maravillados cómo las abejas revoloteaban pacíficamente por el patio antes de alejarse lentamente hacia un campo cercano. Ese incidente inesperado les enseñó una lección importante sobre respetar y comprender a los seres vivos que los rodean.

A partir de ese día, los chicos adoptaron a las abejas como sus pequeñas amigas del colegio. Aprendieron sobre su rol crucial en la naturaleza y decidieron construir un pequeño jardín con flores coloridas para ayudar a alimentarlas.

Con cada nueva jornada escolar en Abejitas de Santa Rita, los chicos descubrían algo especial: que incluso las situaciones más inesperadas podían convertirse en oportunidades educativas y divertidas si mantenían una actitud positiva y curiosa ante el mundo que los rodeaba.

FIN.

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