La Gran Pelea de Beni la Abeja y Pato Pompón



En un hermoso día de primavera, en un campo lleno de flores de todos los colores, vivían Beni, una abeja pequeña y trabajadora, y Pato Pompón, un pato orgulloso y curioso. A pesar de que compartían el mismo ambiente, nunca habían sido amigos.

Un día, mientras Beni recolectaba polen de las flores, hizo una pequeña parada en un estanque donde Pato Pompón estaba nadando alegremente. Beni, emocionada por la belleza del día, se acercó para saludarlo.

"¡Hola, Pato Pompón! ¡Qué lindo día para disfrutar de la primavera!" - dijo Beni.

"¡Mmm! Sería más lindo si no estuvieras revoloteando tan cerca de mi estanque!" - respondió Pato Pompón con un tono despectivo.

Beni, sintiéndose herida, insistió:

"Solo quiero disfrutar de la belleza de las flores. No te molestaré."

Sin embargo, Pato Pompón continuó:

"Tus alas son chiquitas y tus zumbidos son molestos. Los patos como yo necesitamos tranquilidad para nadar."

El desafortunado intercambio llevó a Beni a enojarse. Decidió que estaba cansada de los comentarios despectivos del pato y comenzó a dar vueltas sobre él, zumbando fuertemente.

"¡Basta, Beni! ¡A ver si puedes hacer algo más que zumbar!" - gritó Pato Pompón.

Beni, con los nervios a flor de piel, decidió mostrar su valentía. Hizo una pirueta y comenzó a volar en círculos alrededor del pato, haciendo lo posible por ignorar sus burlas. Pero cada vez que intentaba impresionarlo, Pato Pompón se reía más.

Al ver que la situación se estaba volviendo cada vez más tensa, una anciana tortuga que pasaba por allí decidió intervenir.

"¡Ustedes dos! ¿Por qué pelean si ambos son parte de este maravilloso lugar?" - dijo la tortuga con sabiduría.

Ambos se detuvieron y, aunque no estaban de acuerdo, prestaron atención.

"Cada uno aporta algo especial. Beni, tú traes colores a las flores y Pato Pompón, traes alegría al estanque. ¡Trabajen juntos!" - continuó la tortuga.

Beni y Pato Pompón se miraron en silencio. La tortuga tenía razón.

"Quizás he sido un poco grosero, Beni. No quería que me molestaras, pero tengo que entender que también tienes tu espacio en este lugar" - dijo Pato, con un tono más suave.

"Y yo debo reconocer que, a veces, soy un poco ruidosa y debería ser más considerada" - dijo Beni, sintiéndose aliviada.

Entonces, poco a poco, comenzaron a hablar sobre qué podían hacer juntos. Beni propuso hacer una carrera: ella volaría alrededor del estanque mientras Pato nadaba. Pato aceptó entusiasmado, antes de que ambos comenzaran su divertida competencia.

Los dos se unieron, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Al final, no importaba quién ganó; lo que importaba era que disfrutaron juntos.

Desde ese día, Beni la abeja y Pato Pompón se volvieron grandes amigos. Aprendieron que en lugar de pelear, podían aprender a disfrutar de sus diferencias y trabajar juntos para hacer del campo un lugar aún más hermoso.

"¡Vamos de nuevo, Beni! ¿Preparada para otra carrera?" - dijo Pato Pompón, emocionado.

"¡Siempre lista!" - respondió Beni, zumbando de alegría.

Y así, las risas y los zumbidos llenaron el aire, creando una nueva melodía en el hermoso campo de flores.

Con cada carrera y cada vuelo, ambos descubrían que la verdadera felicidad se encuentra en la amistad y el respeto por las diferencias.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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