La Gran Pelea de Clases



Era un día soleado en el colegio Arcoíris, donde los niños aprendían y jugaban juntos. Entre ellos estaban Ana, una niña aventurera que amaba las historias de exploradores, y María, una talentosa artista que pasaba horas dibujando y pintando. Sin embargo, había algo que no estaba bien. Las dos eran muy competitivas, y aunque al principio eran amigas, poco a poco la rivalidad comenzó a crecer entre ellas, especialmente cuando se enteraron de que habría una gran competencia de talentos del colegio que se celebraría al final del mes.

El día de la competencia llegó y Ana decidió preparar una obra de teatro en la que quería que todo el colegio se divirtiera. Mientras tanto, María estaba preparando una increíble exposición de sus dibujos. Ambas querían ser las mejores y estaban dispuestas a demostrarlo.

"¡Yo tengo la mejor idea!" -dijo Ana emocionada a sus compañeros.

"No, la mejor idea la tengo yo con mis dibujos. ¡Nadie podrá competir con mis colores!" -contestó María con determinación.

El tono de sus voces creció, y pronto se transformó en un grito.

"¡Mejor que los de Ana!"

"¡No! ¡Mis dibujos son más bellos y los de ella están llenos de errores!"

Pronto, otros niños del colegio comenzaron a elegir lados, dividiéndose entre quienes apoyaban a Ana y quienes apoyaban a María. La tensión aumentó y la atmósfera en el aula se volvió muy pesada.

Pero un día, mientras ambos grupos estaban discutiendo sobre la competencia, apareció Lluvia, una niña amable y pacífica que siempre buscaba la solución a los problemas.

"Chicos, ¿por qué se pelean?" -preguntó con una sonrisa.

"Porque yo soy mejor que Ana y quiero ganar la competencia" -dijo María.

"¡No! ¡Soy yo la mejor, y mis historias son más divertidas!" -replicó Ana.

Lluvia, al notar que sus amigas estaban enfadadas, decidió intervenir.

"Tal vez no sea necesario pelear. ¿Y si hacemos algo juntos?"

Las dos se miraron confundidas, sin saber cómo responder.

"¿Pero cómo?" -preguntó María.

"Escribamos una obra de teatro basada en tus dibujos, con las historias que tiene Ana. ¡Podremos mostrar nuestras habilidades juntas!"

Ana y María se miraron y dudaron un poco. Pero la idea comenzó a tomar forma en sus mentes.

"¿Y si hacemos que yo dibuje los personajes que Ana va a interpretar?" -propuso María con entusiasmo.

"¡Y yo contaré tu historia mientras tú dibujas!" -añadió Ana emocionada.

A medida que trabajaban juntas, sus diferencias comenzaron a desvanecerse. Ana trajo su creatividad, mientras que María aportó su talento artístico y de vez en cuando Lluvia ayudaba, asegurándose de que ambas se sintieran involucradas y motivadas.

El día de la competencia llegó. Ana y María mostraron su obra de teatro, llena de risas, historias emocionantes y bellos dibujos. Todos estaban maravillados por lo que habían hecho juntas. Al final, el público aplaudió de pie, cantando lo bien que se había visto la obra.

"¡No puedo creerlo! Hemos hecho un gran equipo" -dijo Ana, sintiéndose feliz.

"Sí, nunca pensé que podríamos hacer algo así juntas" -respondió María.

Lluvia se acercó y sonrió.

"Juntas son más fuertes. La competencia no tenía sentido si no se divertían. Al final, ganamos todos porque hicimos algo asombroso juntos.

Desde ese día, Ana, María y Lluvia se volvieron inseparables. Aprendieron que trabajar en equipo era mucho mejor que competir. Y así, la gran pelea de clases se convirtió en la mayor aventura de amistad que jamás habían imaginado, recordándoles siempre que juntos podían lograr cosas increíbles.

El colegio Arcoíris sería siempre un lugar de risas y juegos, donde la amistad y la creatividad no tenían límites.

Finalmente, Ana y María se dieron cuenta de que sus talentos se complementaban y que uniendo sus fuerzas, eran invencibles. Así, nunca volvieron a pelear, y aprendieron a valorar la diversidad y el trabajo en equipo en todo lo que hacían.

FIN.

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