La Gran Pelea de los Capinchos



Era un día soleado en la hermosa laguna del Parque Nacional, donde cuatro capinchos, llamados Capi, Pacho, Susi y Lucho, disfrutaban de la frescura del agua. Sin embargo, ese día, algo extraño estaba en el aire.

Capi, el más grande de todos, tenía un carácter un poco fuerte.

"¡Soy el rey de la laguna! ¡Nadie se atreva a desafiarnos!" - dijo con voz retumbante.

Pacho, el más pequeño, intentó intervenir:

"Pero Capi, no necesitamos ser reyes ni reinas. Solo queremos jugar juntos y divertirnos."

Susi, siempre risueña, se unió a la conversación:

"Es verdad, Capi. ¿Por qué peleamos cuando podemos jugar al agua?"

Sin embargo, Capi se sintió amenazado por la idea de perder su liderazgo.

"¡Si no quieren seguirme, entonces los desafío a una pelea!" - exclamó con desafío.

"¡No quiero pelear, quiero unirme a ti!" - contestó Lucho, con una pizca de preocupación.

Los otros capinchos se miraron con descontento. Pero en lugar de escuchar a sus amigos, Capi ya estaba decidido a demostrar su fuerza. Así, se organizó una —"pelea"  en la orilla de la laguna.

Los capinchos se reunieron. Capi se enfrentó a sus amigos.

"¡Vamos, si realmente son mis amigos, me seguirán!" - retó Capi.

Cuando comenzaron a moverse, Susi se atrevió a decir:

"Pero, Capi, pelearnos no resolverá nada. Solo nos hará sentir mal, ¿no es así?"

Sin embargo, Capi no escuchaba. La pelea comenzó y pronto los capinchos se encontraron correteando y empujándose con pequeñas patadas de barro y chapoteos, pero nada de eso era realmente una pelea en serio. Todos, en lugar de enojarse, comenzaron a reír.

"¡Eso es más divertido que pelear, Capi!" - dijo Pacho entre risas. Finalmente, Capi se detuvo. Miró a sus amigos riendo y chapoteando en el agua y se dio cuenta de lo que estaba perdiendo.

Lucho lo llamó:

"Capi, ven a jugar con nosotros. No necesitamos pelear para demostrar quién es más fuerte. ¡Lo que queremos es divertirnos!"

Capi se sintió un poco avergonzado.

"Quizás... quizás he estado equivocado. Pero no sé cómo divertirme si no soy el rey..." - murmuró.

Susi, con una sonrisa, le dijo:

"No necesitamos títulos. En este juego, todos somos amigos y podemos ser iguales. ¡Vamos, Capi!"

Cuando Capi se unió al juego, pronto descubrió que ser parte de un equipo significaba más que tener un título. Juntos saltaron, jugaron a chapotear y corrieron por la orilla, olvidando por completo su rivalidad.

Al final del día, Capi, Pacho, Susi y Lucho se acurrucaron bajo un árbol, cansados pero felices.

"¿Ves?" - dijo Lucho.

"¡Es mucho mejor jugar juntos que pelear!" - concluyó Pacho.

Capi miró a sus amigos y sonrió.

"Tenían razón. Lo importante no es quién es el rey, sino lo bien que la pasamos juntos. Gracias por enseñarme esto."

Desde aquel día, los cuatro capinchos nunca volvieron a pelear; aprendieron que ser amigos y divertirse era mucho más valioso que pelear por quien tenía el poder. Juntos, vivieron muchas aventuras en su hermosa laguna, siempre recordando el día en que decidieron ser un equipo en vez de rivales.

FIN.

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