La Gran Sorpresa de Cumpleaños para Rochi



Era un hermoso día soleado y el patio de la casa de los González estaba lleno de colores y risas. Karen, Francisco y Rodrigo estaban muy emocionados, pues se acercaba el cumpleaños de su hermana Rochi, y habían planeado una sorpresa increíble. Para ello, pidieron la ayuda de su papá, Frank.

"Papá, ¿nos ayudás a preparar todo para la sorpresa de Rochi?" - preguntó Karen, moviendo sus manitos con ansias.

"¡Claro, mis valientes!" - respondió Frank, sonriendo. "¿Qué tienen en mente?"

Los niños comenzaron a estrujar sus cerebros. Francisco, que siempre tenía buenas ideas, sugirió:

"Podríamos hacer una búsqueda del tesoro. A Rochi le encanta resolver acertijos."

Rodrigo, siempre el más juguetón, agregó:

"¡Y podemos decorar todo el patio con globos y guirnaldas! Será como una fiesta mágica."

Karen estaba tan emocionada que no pudo evitar dar un pequeño salto:

"¡Sí! ¡Vamos a hacerlo!"

Así que se pusieron manos a la obra. Primero, Frank llevó a los niños al mercado local para comprar decoraciones.

Cuando regresaron, el patio se transformó. Había globos de todos los colores y una larga cinta que llevaba hasta la puerta de su casa. Justo enfrente de la puerta, dejaron un gran cofre de cartón, decorado con mil estrellas doradas.

"¡El tesoro!" - exclamó Francisco.

Por la tarde, cuando Rochi volvió de la escuela, notó algo raro en el aire. Los niños estaban escondidos detrás del árbol, esperando con impaciencia el momento. Cuando Rochi abrió la puerta de la casa, los niños gritaron al unísono:

"¡Sorpresa! ¡Feliz Cumpleaños, Rochi!"

Rochi se quedó sorprendida, sus ojos brillaban de alegría y no podía creer lo que estaba viendo.

"¡No puedo creerlo!" - dijo, corriendo hacia ellos. "Esto es increíble!"

"¡Esperá, hay más!" - interrumpió Rodrigo, señalando al cofre. "¡Es una búsqueda del tesoro!"

Rochi sonrió ampliamente y comenzó a seguir las pistas que los niños habían preparado. Cada pista la llevaba a un lugar especial en el jardín, mientras le recordaba momentos felices que habían compartido.

"¡Espero que te guste la sorpresa!" - le dijeron al unísono cuando llegó a la última pista, que la llevó hasta un árbol frutal donde habían escondido un pequeño regalo.

Pero cuando Rochi abrió el cofre, no encontró el regalo que había imaginado, sino una carta:

"Querida Rochi, esperamos que encuentres alegría en cada rincón de este día. Este tesoro no es un objeto, sino el amor y la felicidad que compartimos como familia. ¡Feliz Cumpleaños!"

Rochi se sintió un poco confundida al principio. Francis, que percibió su duda, le explicó:

"Rochi, el mejor regalo es estar todos juntos. En cada pista dejaste un pedacito de nosotros. La verdadera alegría de tu cumpleaños está en cada risa, cada juego."

Rochi miró a sus hermanos y a su papá con lágrimas en los ojos y una gran sonrisa.

"¡Gracias, chicos! Ustedes son el mejor regalo que podría haber deseado. ¡Los quiero mucho!"

Y así fue como comenzó la fiesta. Comieron pastel, jugaron a la búsqueda y reían hasta que se les dolieron las barrigas. Esa tarde, Rochi se dio cuenta de que el amor de su familia era el verdadero regalo, y que siempre que se juntaban, era una celebración única.

La fiesta continuó hasta que el sol se escondió detrás de las montañas. Todos, felices, sabían que en cada cumpleaños, el amor era el mayor tesoro a descubrir.

Fin.

FIN.

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