La Gran Tarea de Clara
Era un día soleado en la escuela primaría 'Los Pequeños Sabios', y Clara, una nena curiosa y llena de energía, estaba muy emocionada. Hoy era el día que iba a presentar su proyecto de ciencias en la clase de la señora Gómez.
Su proyecto, titulado 'El Ciclo del Agua', había tomado mucho tiempo y esfuerzo. Ella había hecho carteles coloridos, recolectado datos y dibujado diagramas. Pero cuando llegó a la escuela, notó que algo extraño pasaba. Sus compañeros parecían inquietos.
"¿Qué pasa?" - preguntó Clara, acercándose a su amiga Ana.
"Es que Tomás no sabe qué hacer con su tarea. La señora Gómez dijo que debemos presentar nuestros proyectos hoy, ¡y él no ha terminado el suyo!" - respondió Ana, preocupada.
Clara pensó un momento y decidió ayudar a Tomás.
"No te preocupes, Tomás. ¿Qué tema elegiste?" - le preguntó.
"Elegí hablar sobre los dinosaurios, pero no sé por dónde empezar..." - suspiró Tomás.
Clara, con su espíritu colaborador, le sugirió:
"Podemos trabajar juntos. ¡Tú hablas de los dinosaurios y yo te ayudo con el diseño!"
Tomás sonrió, pero de repente, se puso nervioso.
"¡Pero no tenemos tiempo! Hay que ir a presentar ya..." - dijo, mirando el reloj.
"No te preocupes, solo necesitamos un par de carteles y algo de entusiasmo. Los adultos siempre quieren escuchar lo que nos gusta. ¡Vamos!" - Clara estaba decidida.
Así que los dos comenzaron a trabajar rápidamente. Clara hizo un cartel gigante con dibujos de dinosaurios mientras Tomás recopilaba información sobre sus favoritos: el Tiranosaurio Rex, el Velocirraptor y el Triceratops.
Cuando llegó el momento de presentar, Clara sintió que sus manos temblaban. Pero al mirar a su amigo, recordó que lo más importante era compartir lo que habían aprendido. Cuando los demás comenzaron a presentar, Clara aplaudió con entusiasmo. Así era como se hacía.
Por fin, cuando llegó su turno, Clara respiró hondo y sonrió.
"¡Hola a todos! Hoy vamos a hablar sobre los dinosaurios y lo que los hizo tan fascinantes..." - empezó, su voz firme.
Tomás, un poco nervioso al principio, se unió a ella.
"Así que, ¡vamos a conocer al Tiranosaurio Rex!" - dijo.
A medida que ambos exploraban el tema, notaron que el aula se llenaba de atención. Sus compañeros estaban interesados, hacían preguntas, y hasta querían saber más.
Una vez que terminaron, la señora Gómez los miró con una gran sonrisa.
"¡Excelente trabajo, Clara y Tomás! Estoy muy orgullosa de cómo trabajaron en equipo. ¡Esto es lo que significa ser un buen compañero!" - elogiaba la maestra, y Clara se sintió contenta.
Mientras todos aplaudían, Clara se dio cuenta de que no solo habían aprendido sobre los dinosaurios, sino que habían creado un hermoso vínculo de amistad y colaboración.
Al finalizar el día, cuando regresaron a casa, Tomás sonrió a Clara.
"Gracias por ayudarme, ¡no sabía que podía ser tan divertido aprender a compartir!" - dijo.
"¡De nada! Todos podemos ayudar y aprender juntos. Así, las tareas se vuelven más fáciles y divertidas," - respondió Clara, feliz por haber hecho algo bueno.
Desde ese día, Tomás y Clara se convirtieron en un gran equipo, ayudándose mutuamente con sus tareas y proyectos. Aprendieron que, a veces, se trata de compartir y colaborar para lograr algo especial juntos. Y así, su amistad creció, al igual que su amor por el aprendizaje.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.