La Gran Trampa de Pepa y sus Amigos


Había una vez en el mercado una papa frita llamada Pepa que se sentía muy triste porque la gente siempre prefería a los tomates antes que a ella.

Los tomates eran más coloridos y saludables, mientras que ella era solo una papa frita grasosa. Un día, Pepa decidió hacer algo al respecto y llamó a sus amigos las salchichas para idear un plan para hacer que los tomates parecieran malos ante la gente.

Las salchichas aceptaron ayudarla porque también estaban celosas de los tomates. Juntos, armaron una trampa en la canasta donde estaban los tomates para que no pudieran salir. La idea era hacerles pasar un mal rato y así la gente dejaría de comprarlos.

Pero lo que Pepa y las salchichas no sabían era que habían sido vistos por un pequeño ratón del mercado llamado Tomás. Tomás era amigo de todos en el mercado y no le gustaba ver cómo alguien hacía daño a otros.

Cuando Tomás vio lo que estaba sucediendo, corrió rápidamente a buscar ayuda. Llamó a sus amigos las manzanas, las bananas y las zanahorias para ir juntos a rescatar a los tomates.

Al llegar al lugar donde estaban atrapados los tomates, encontraron la trampa de Pepa y las salchichas. Con ingenio e inteligencia lograron desactivarla sin caer en ella ellos mismos. Los tomates fueron liberados gracias al trabajo en equipo de todos los amigos del mercado.

Y aunque se sintieron asustados por un momento, rápidamente recuperaron su confianza gracias al apoyo de sus amigos. Pepa y las salchichas se dieron cuenta de que habían hecho algo malo y pidieron disculpas a los tomates.

A partir de ese momento, todos aprendieron la importancia de ser amables y respetuosos con los demás, sin importar si son diferentes o no.

Desde entonces, Pepa, los tomates, las salchichas y todos sus amigos del mercado trabajaron juntos para hacerlo un lugar mejor para todos. Y así vivieron felices por siempre.

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