La Gran Travesía de los Cuatro Amigos



Había una vez en la imponente Cordillera de los Andes, un lugar mágico donde convivían cuatro animales muy especiales: Montaña, Liebre, Puma y Nieve. Cada uno de ellos tenía habilidades únicas y juntos formaban un equipo inseparable.

Montaña era el animal más grande y fuerte de todos. Su piel estaba cubierta por árboles gigantes y su cima alcanzaba las nubes. Liebre, en cambio, era pequeña y rápida como el viento.

Podía saltar entre las rocas con facilidad y siempre estaba llena de energía. Puma era valiente y veloz. Con sus garras afiladas podía trepar por las montañas sin ningún problema.

Y Nieve era especial porque en su vientre guardaba agua fresca que alimentaba a todos los seres vivos del lugar. Un día, los cuatro amigos decidieron explorar más allá de la cordillera para descubrir nuevos lugares llenos de aventuras. Empezaron a caminar hacia el horizonte sin saber qué encontrarían en su travesía.

Después de varios días recorriendo valles verdes y ríos cristalinos, llegaron a un desierto seco donde no había ni una gota de agua para beber. Los animales estaban sedientos y desesperados por encontrar algo que calmará su sed.

Fue entonces cuando Montaña tuvo una idea brillante: "Amigos, si subimos hasta mi cima estoy segura que encontraremos agua". Todos confiaron en ella e iniciaron la ascensión hacia lo alto.

Cuando llegaron a la cima de Montaña, quedaron sorprendidos al ver un hermoso lago lleno de agua fresca y cristalina. Todos bebieron hasta saciarse y se sintieron renovados. Pero cuando intentaron bajar, se dieron cuenta de que la pendiente era muy empinada y peligrosa.

Liebre, con su agilidad, pudo saltar entre las rocas sin problemas, pero los demás animales no sabían cómo hacerlo. En ese momento, Puma tuvo una idea: "Amigos, si me suben a mi espalda puedo trepar por las rocas y ayudarlos a bajar".

Montaña accedió encantada y Puma comenzó a escalar con cuidado llevando en su espalda a Nieve primero y luego a Montaña. Finalmente, todos lograron descender sanos y salvos gracias al ingenio de Puma.

Se encontraron nuevamente en el desierto sediento pero esta vez ya tenían un plan para obtener agua. Nieve abrió su vientre generoso y dejó caer pequeñas gotas que formaron un arroyito. Así pudieron beber nuevamente antes de continuar su viaje.

Los cuatro amigos aprendieron una valiosa lección: juntos podían superar cualquier obstáculo. Cada uno tenía habilidades únicas que complementaban a los demás, haciendo del equipo algo invencible.

Desde aquel día, Montaña, Liebre, Puma y Nieve siguieron explorando el mundo juntos ayudándose mutuamente en cada aventura que vivían. Y así demostraron al mundo entero que la amistad verdadera puede vencer cualquier dificultad.

FIN.

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