La Granja de Gina

Gina era una niña muy especial, a la que le encantaban los animales. Desde que era muy chica, soñaba con tener su propia granja para cuidar y salvar a todos los animales que estuvieran en peligro.

Un día, su sueño se hizo realidad: sus padres le regalaron un pedacito de tierra para que pudiera tener su propia granja. Gina se puso muy feliz y se puso manos a la obra.

Limpió el terreno, construyó pequeños corrales y comenzó a cuidar de las ovejas, las vacas, los cerdos y los caballos que había traído para su granja. Pronto, su granja se convirtió en un lugar muy especial donde los animales estaban felices y bien cuidados.

Gina les contaba cuentos, les cantaba canciones y pasaba mucho tiempo jugando con ellos. Sin embargo, un día, una fuerte tormenta azotó su granja y derribó las cercas, permitiendo que los animales escaparan.

Gina se puso muy triste al ver a sus amigos perderse en el campo. Pero en lugar de rendirse, decidió buscarlos. Con la ayuda de su perro, recorrió los campos y encontró a cada uno de los animales.

Después de arreglar las cercas, la granja volvió a estar en orden y los animales estaban seguros de nuevo. Gina aprendió una gran lección: que a veces las cosas no salen como uno espera, pero con esfuerzo y perseverancia, todo puede volver a estar bien.

Y así, la granja de Gina se convirtió en un lugar donde los animales eran amados, cuidados y felices para siempre.