La Granja de la Amistad



Había una vez una granja en el campo, donde vivían muchos animales felices. En esta granja había pollos, gallinas, gallos, vacas, cerdos y hasta un caballo llamado Sol.

Todos los animales se llevaban muy bien y disfrutaban de la compañía del granjero niño. Un día soleado, el granjero niño decidió hacer algo especial para sus amigos de la granja.

Se acercó a ellos con una sonrisa en su rostro y les dijo: "¡Hola a todos! Hoy vamos a tener una competencia amistosa para ver quién puede hacer el ruido más fuerte". Los animales se emocionaron al instante y comenzaron a ensayar sus sonidos. Los gallos empezaron primero.

Uno tras otro, cacarearon con todas sus fuerzas "-Kikiriki!". Los demás animales aplaudieron su esfuerzo mientras las gallinas también intentaban hacer ruido "-Cocorocó!". Después fue el turno de los pollos.

A pesar de ser pequeños, no se quedaron atrás y emitieron un sonido agudo y divertido "-Pio pio!". Los otros animales rieron y aplaudieron su entusiasmo. Luego llegó el momento de las vacas. Con su voz grave pero melodiosa dijeron:"-Muuu!".

El sonido resonó por toda la granja como si fuera música para los oídos de todos los presentes. Finalmente le tocó al caballo Sol demostrar lo que podía hacer. El caballo era conocido por ser valiente e inteligente, aunque no solía hacer mucho ruido.

Sin embargo, cuando llegó su turno sorprendió a todos "-¡Relincho!". Los animales quedaron asombrados y aplaudieron al caballo Sol por su increíble actuación.

El granjero niño, muy contento con la competencia, se acercó a los animales y les dijo: "Todos han hecho un trabajo maravilloso, pero recuerden que cada uno de ustedes tiene habilidades únicas. No importa si hacen mucho ruido o no, lo importante es que todos contribuyen a hacer de esta granja un lugar especial".

Desde aquel día, los animales entendieron la importancia de valorar las diferencias y trabajar juntos para lograr cosas increíbles. Aprendieron que cada uno tenía algo especial para ofrecer y que juntos formaban una gran familia en la granja.

El granjero niño siempre cuidaba de ellos y los animales le agradecían su amor y dedicación. Juntos compartían momentos divertidos, se ayudaban mutuamente y vivían felices en la granja.

Y así fue como esa pequeña competencia amistosa enseñó a todos los habitantes de la granja el valor de ser diferentes pero unidos en armonía. Desde entonces, nunca más hubo rivalidades entre ellos; solo reinaba el amor y la alegría en ese mágico lugar llamado Granja del Sol. Fin

FIN.

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