La granja de los amigos trabajadores



Había una vez una hermosa granja en la que vivían muchos animales. Había vacas, cerdos, gallinas, caballos y hasta un simpático perro llamado Toby.

Cada uno de ellos tenía su lugar en la granja y se llevaban muy bien. Un día, los animales decidieron hacer una reunión para hablar sobre cómo mejorar la vida en la granja. Todos estaban emocionados y se juntaron en el corral.

La vaca Lola fue la primera en tomar la palabra: "Creo que deberíamos tener un huerto para poder comer frutas y verduras frescas", dijo con entusiasmo. "¡Eso es genial!", exclamó el cerdo Pancho. "Podríamos plantar zanahorias para mí y maíz para todos".

Los demás animales asintieron emocionados con esa idea. Todos querían tener alimentos saludables y frescos. Luego, fue el turno de las gallinas de opinar.

La más viejita del grupo, Doña Clotilde, propuso: "Podríamos construir un gallinero más grande para tener más espacio y así poner huevos más cómodamente". "Sí", agregó otra gallina llamada Carmencita. "Además podríamos hacer nidos especiales donde nuestras crías puedan crecer seguras".

El caballo Pedro también quiso aportar su idea: "Deberíamos construir un establo nuevo con espacios amplios para cada uno de nosotros. Así podremos descansar mejor después de trabajar". Toby, el perro guardián de la granja, escuchaba atentamente todas las ideas pero no había dicho nada aún.

Finalmente decidió hablar: "Creo que todos tienen ideas fantásticas, pero también deberíamos pensar en cómo protegernos de los peligros. Podríamos hacer un sistema de alerta para avisarnos si se acerca algún extraño". Los animales quedaron pensativos ante la propuesta de Toby.

Sabían que era importante estar seguros en la granja. A medida que avanzaba la reunión, los animales se emocionaban más y más con las ideas que iban surgiendo. Decidieron trabajar juntos para hacer realidad todas sus propuestas.

Durante las siguientes semanas, cada uno puso su granito de arena para llevar a cabo los proyectos. Lola y Pancho trabajaron duro en el huerto, sembrando y cuidando las plantas. Las gallinas colaboraron con el nuevo gallinero y Pedro supervisó la construcción del establo.

Toby, por su parte, se encargó de enseñarles a todos cómo funcionaba el sistema de alerta. Les explicó qué sonidos debían hacer si veían algo sospechoso cerca de la granja. Finalmente, llegó el día en que todo estaba listo.

El huerto estaba lleno de frutas y verduras deliciosas, el gallinero era espacioso y cómodo para todas las gallinas, el establo tenía espacio suficiente para descansar y relajarse después del trabajo.

Los animales celebraron su éxito con una gran fiesta en la que compartieron los alimentos frescos del huerto. Estaban felices porque habían trabajado juntos para mejorar su hogar. Desde aquel día, los animales vivieron aún más contentos en la granja gracias a su esfuerzo conjunto.

Aprendieron lo valioso que es trabajar en equipo y cómo cada uno puede aportar algo especial. Y así, con su granja más hermosa que nunca, los animales vivieron felices para siempre.

FIN.

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