La Granja de los Sueños
Había una vez una granja hermosa rodeada de un extenso campo de césped verde y brillante. Cada mañana, los trabajadores se despertaban temprano y se preparaban para un nuevo día de labor, cuidando de las vacas y gallinas que producían la leche y los huevos que todos amaban. "¡Vamos, chicos! ¡A trabajar!", decía Don Pedro, el granjero, mientras subía a su tractor, listo para ayudar a sus compañeros. La granja era un lugar lleno de risas y esfuerzo, donde todos aprendían lo importante que era trabajar en equipo.
Un día, un granizo inesperado llegó y causó estragos en los cultivos. Los trabajadores se sintieron desanimados, pensando que su esfuerzo había sido en vano. Sin embargo, cuando se reunieron, la pequeña Ana dijo: "No podemos rendirnos, tenemos que hacerlo juntos, como siempre!". Esa frase hizo que todos se unieran más, aprovechando lo que quedaba y cuidando de lo que podían salvar.
Con el tiempo, la granja comenzó a recuperarse, y al llegar la nueva cosecha, la venta de leche y huevos fue mejor que nunca. Los vecinos llegaron de todas partes para comprar los deliciosos productos, y Don Pedro sonrió al ver cómo su esfuerzo y el de su equipo habían dado frutos. "¡Hicimos un gran trabajo!", gritó feliz. Y así, la granja se llenó de alegría y enseñanzas, donde la perseverancia siempre trae recompensas.
FIN.