La Granja de María


En una soleada mañana de viernes, la clase de 1º de primaria del colegio Marco se preparaba para su emocionante excursión a la Granja de María.

Los niños y niñas estaban llenos de entusiasmo por conocer nuevos animales y aprender sobre la vida en el campo. La maestra, la señorita Laura, les recordó las normas básicas de comportamiento y seguridad antes de subir al autobús. Todos estaban listos para partir y disfrutar de un día lleno de aventuras.

Al llegar a la granja, los pequeños fueron recibidos por María, una amable granjera que les explicó cómo cuidar a los animales y cómo hacerlos sentir queridos. La primera parada fue el corral de las gallinas.

Los ojos brillantes de los niños se iluminaron al ver todas las gallinas correteando por el lugar.

Uno de ellos, llamado Lucas, se acercó a una gallina blanca con manchas negras y le preguntó: "¿Cómo te llamas?"La gallina pareció responderle con un cacareo divertido. Entonces todos los niños comenzaron a reírse mientras imaginaban lo que ella podría estar diciendo. Después del corral de las gallinas, visitaron el establo donde conocieron a Rosita, una simpática vaca marrón con grandes ojos tiernos.

Martina le preguntó: "¿Qué comes?" "¡Muuu! ¡Hierba fresca!"- respondió Rosita moviendo su cola felizmente. El siguiente animal que conocieron fue Pedro, un travieso cerdito rosa que estaba jugando en el barro.

Sofía le preguntó si sabía nadar y Pedro, entre risas, respondió: "¡Oink oink! ¡Me encanta chapotear en el barro!"Continuaron su recorrido por la granja y se encontraron con un corral lleno de ovejas.

Tomás se acercó a una de ellas y le preguntó: "¿Cómo te llamas?" "Beee, me llamo Lola"- respondió la ovejita. De repente, mientras los niños seguían disfrutando de su día en la granja, escucharon un ruido extraño proveniente del estanque cercano.

Todos corrieron hacia allí para ver qué estaba pasando. Para su sorpresa, encontraron a un patito solitario que parecía estar perdido. Los niños rápidamente decidieron ayudarlo y lo llevaron hasta María.

Ella les explicó que el patito había sido separado accidentalmente de su familia y necesitaba volver al agua para reunirse con ellos. Todos los niños tomaron una mano del patito cada uno y lo llevaron hasta el estanque más cercano.

Con cuidado, lo soltaron en el agua y vieron cómo nadaba felizmente hacia su familia. Después de esta emocionante aventura, los pequeños regresaron a la granja para despedirse de María y agradecerle por tan maravilloso día. Subieron al autobús llenos de alegría y aprendizajes.

En el camino de regreso al colegio Marco, los niños compartieron sus experiencias e hicieron planes para cuidar mejor a los animales en sus propias casas. Prometieron ser amables con ellos y tratarlos con cariño como María les había enseñado.

La clase llegó al colegio con sonrisas en sus rostros y corazones llenos de gratitud por la maravillosa excursión a la Granja de María. Fue un día que nunca olvidarían, donde aprendieron sobre el amor y respeto hacia los animales y cómo cuidar de ellos.

Y así, la clase de 1º de primaria del colegio Marco se convirtió en defensores de los animales, llevando consigo las lecciones aprendidas en aquel día inolvidable en la granja.

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