La Granja de Tomás

Había una vez dos amigos, Tobias y Dante, que decidieron visitar la granja de su amigo Tomás para aprender sobre la vida en el campo. Cuando llegaron a la granja, Tomás les dio un recorrido por todo el lugar.

"¡Miren las vacas!", dijo Tomás señalando hacia un grupo de vacas pastando en el campo. "¿Por qué están todas juntas?", preguntó Dante. "Bueno, las vacas son animales sociales", explicó Tomás.

"Les gusta estar juntas y se protegen mutuamente". Tobias asintió con la cabeza mientras observaba a las vacas. De repente, escucharon un fuerte ruido proveniente del establo cercano. "¿Qué es eso?", preguntó Tobias preocupado.

Tomás los llevó al establo y descubrieron que uno de los cerdos había escapado de su corral y estaba causando estragos en el lugar. "No te preocupes", dijo Tomás tranquilizando a sus amigos. "Los cerdos pueden ser traviesos pero son inteligentes.

Solo necesitamos encontrar una manera de hacer que vuelva a su corral". Juntos idearon un plan: Tobias distraería al cerdo con comida mientras Dante lo guiaba hacia su corral. Después de varios intentos fallidos, finalmente lograron llevar al cerdo de regreso a su hogar seguro y sonido.

Pero cuando creían que todo había terminado, se dieron cuenta de que una oveja también había escapado del corral. Esta vez fue Dante quien tuvo una idea brillante: imitar el sonido del pastor para llamarla de vuelta al rebaño.

Y así lo hizo, con éxito. Después de un día lleno de aventuras y aprendizajes, los tres amigos se sentaron en la terraza de la granja para disfrutar de una merienda.

Tobias y Dante estaban felices por haber ayudado a Tomás con sus animales y por haber aprendido tanto sobre la vida en el campo. "¿Sabes qué?", dijo Tobias sonriendo. "Creo que me gustaría vivir aquí algún día".

Dante asintió con entusiasmo mientras Tomás les contaba más historias sobre la granja y sus animales. Los tres amigos sabían que habían pasado un día inolvidable juntos, uno lleno de aventuras, amistad y aprendizaje.