La granja melódica



Había una vez en una granja muy especial, un grupo de animales que formaban la banda de música más famosa del lugar.

Estaba el pato, que tocaba la guitarra; la vaca, que tocaba el bajo; la gallina, que tocaba los tambores; y los pájaros coristas, que cantaban como nadie. La banda de la granja era conocida por alegrar a todos con su música.

Sus melodías eran tan hermosas y pegajosas que nadie podía resistirse a bailar al ritmo de sus canciones. Pero había alguien envidioso de su talento: la bruja malvada Lola. Lola vivía en un oscuro castillo cerca de la granja y siempre buscaba formas de causar problemas a los demás.

Un día, mientras espiaba desde las sombras a la banda ensayar, se le ocurrió una terrible idea: robarles las voces para quedarse con todo el talento musical. Sin perder tiempo, Lola preparó una poción mágica muy poderosa.

Sabía que si lograba hacer beber esa poción a cada uno de los miembros del grupo, les quitaría sus voces para siempre. Así podría ser ella quien brillara en el mundo musical.

Con disfraz y sigilosa como una sombra, Lola se acercó a la granja durante uno de los ensayos del grupo. Aprovechando un descuido del pato distraído con su guitarra, derramó unas gotas mágicas sobre su vaso sin ser vista por nadie.

Al terminar el ensayo, todos notaron algo extraño: al pato le costaba hablar y emitir sonidos claros. Comenzaron a preocuparse y se preguntaban qué había sucedido. Fue entonces cuando el pato les contó lo que había pasado.

"¡Oh, no! La bruja Lola me ha robado la voz", exclamó el pato con tristeza. El resto de la banda se horrorizó al escuchar esto y decidieron buscar una solución. Sabían que debían detener a Lola antes de que robara las voces de todos los demás.

Así que planearon un audaz rescate para recuperar las voces perdidas. La vaca, valiente como siempre, propuso ir en busca del antídoto mágico que podría devolverles las voces.

Todos estuvieron de acuerdo y emprendieron un viaje lleno de aventuras hacia el castillo de Lola. En su camino, encontraron muchos obstáculos: ríos peligrosos, montañas altas y hasta un dragón enfadado. Pero con trabajo en equipo y mucho coraje, lograron superar cada desafío.

Finalmente, llegaron al castillo donde Lola estaba preparando su próximo hechizo malvado. Usando sus habilidades secretas, la gallina logró distraer a Lola mientras los demás buscaban el antídoto en sus cosas. Después de una intensa búsqueda por todo el castillo, encontraron una pequeña botella con un líquido dorado dentro.

Era el antídoto mágico que tanto necesitaban para recuperar sus voces. Rápidamente regresaron a la granja y dieron a beber unas gotas del antídoto al pato. Para sorpresa de todos, su voz volvió más fuerte y hermosa que nunca.

El pato cantó con alegría y los demás se emocionaron al escucharlo. Uno por uno, cada miembro de la banda bebió del antídoto y recuperó su voz. Fue un momento mágico lleno de música y felicidad.

La bruja Lola fue derrotada por el poder de la amistad y el trabajo en equipo. Desde ese día, la banda de la granja siguió tocando sus melodías alegres para todos en el pueblo.

Y aunque Lola nunca volvió a molestarlos, siempre recordaron que juntos podían superar cualquier desafío.

La historia de cómo derrotaron a Lola se convirtió en una leyenda que inspiraba a otros animales a luchar por sus sueños y no dejarse intimidar por aquellos que intentan robarles su talento. Y así, la banda de la granja siguió haciendo música durante muchos años más, llenando de alegría los corazones de todos los que los escuchaban.

FIN.

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