La Granja Unida



Había una vez una granja en la que vivían muchos animales felices. Allí, los cerdos se revolcaban en el barro, las vacas pastaban tranquilamente y los patos nadaban por el estanque.

Pero un día, algo extraño sucedió: ¡los animales de la granja empezaron a hablar! La noticia se extendió rápidamente entre todos los habitantes de la granja y pronto todos estaban emocionados por esta increíble habilidad recién adquirida.

Los animales comenzaron a tener largas conversaciones unos con otros y compartieron sus pensamientos e ideas. El primero en darse cuenta de lo útil que podía ser esta nueva habilidad fue Don Pato.

El pato era muy astuto y siempre tenía soluciones para cualquier problema que surgiera en la granja. Decidió convocar una asamblea con todos los animales para discutir cómo podrían aprovechar al máximo su nueva capacidad. "¡Amigos!", exclamó Don Pato con entusiasmo, "ahora que podemos hablar, podemos trabajar juntos para mejorar nuestra granja".

Los demás animales escucharon atentamente mientras Don Pato explicaba sus planes. Propuso crear un comité formado por representantes de cada especie animal para tomar decisiones importantes sobre la granja.

"Así nos aseguraremos de que todos tengamos voz y voto", dijo Don Pato. Aunque algunos animales tenían dudas sobre este nuevo sistema de gobierno, decidieron darle una oportunidad. Con el tiempo, el comité demostró ser un éxito rotundo.

Los animales trabajaron juntos para mejorar las condiciones de vida en la granja. Construyeron nuevas casitas para los animales más pequeños, plantaron árboles frutales para tener alimentos frescos y limpiaron el estanque para que los patos pudieran nadar con mayor comodidad. Pero no todo era perfecto en la granja.

Había un cerdito llamado Pancho que siempre se quejaba de todo. No estaba contento con las decisiones del comité y constantemente criticaba a los demás animales. "Estas casitas son demasiado pequeñas", decía Pancho, "y este estanque sigue siendo demasiado sucio".

Los demás animales se cansaron de las quejas constantes de Pancho y decidieron tomar una decisión drástica: lo expulsaron del comité. Pancho se sintió muy triste al principio, pero pronto se dio cuenta de su error.

Se dio cuenta de que su actitud negativa solo había causado problemas y no había ayudado a mejorar la granja. Decidió disculparse con los demás animales y prometió cambiar su forma de ser.

A partir de ese momento, trabajó arduamente junto a los demás para hacer crecer la granja aún más. Con el tiempo, la granja se convirtió en un lugar próspero y feliz gracias al trabajo en equipo y la cooperación entre todos los animales.

Aprendieron que escucharse unos a otros y trabajar juntos era mucho mejor que pelearse o quejarse constantemente. Y así, la granja siguió prosperando durante muchos años, recordando siempre aquel día en el cual sus habitantes descubrieron una nueva habilidad: hablar entre ellos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!