La guitarrita deseosa de ser escuchada



En un pequeño pueblo de la campiña argentina, vivía una guitarrita llamada Rosita. A diferencia de las demás guitarras del taller, Rosita no estaba contenta con solo ser colgada en la pared y ser admirada por los adultos.

Ella anhelaba ser tocada y escuchada por los niños del pueblo. Pero nadie parecía prestarle atención a sus deseos. Un día, dos hermanos, Martín y Sofía, entraron al taller y Rosita suspiró con alegría al verlos.

"¿Qué pasa, Rosita?", preguntó Sofía al notar la expresión triste de la guitarra. "Quisiera ser tocada por los niños, pero todos me ignoran", respondió Rosita con tristeza. Los hermanos se acercaron a Rosita y la tomaron en sus manos.

Decidieron llevarla a su casa para limpiarla y darle un nuevo brillo. A partir de ese día, Martín y Sofía practicaban con Rosita todas las tardes, llenando de melodía el ambiente.

La noticia de la guitarrita que sonaba con los niños se esparció por el pueblo, y pronto otros pequeños se unieron a tocar junto a Rosita. La guitarrita finalmente había encontrado su lugar y cumplido su deseo de ser entonada por los niños del pueblo.

FIN.

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