La habitación secreta de los tesoros



Uña era una niña muy curiosa y aventurera. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el jardín, recordó que tenía unas muñecas muy especiales guardadas en el sótano de su casa.

Sin pensarlo dos veces, decidió ir a buscarlas. Al llegar al sótano, Uña se dio cuenta de que estaba un poco oscuro y le daba un poco de miedo. Pero ella no se iba a rendir tan fácilmente.

Armada con su linterna y su valentía, comenzó a explorar. "¿Dónde estarán mis muñecas?", se preguntaba Uña mientras caminaba por los estantes llenos de cajas viejas. De repente, escuchó un ruido extraño que venía desde el fondo del sótano.

Se detuvo un momento para escuchar mejor y luego continuó avanzando con más precaución. "¡Hola! ¿Hay alguien ahí?", preguntó Uña tímidamente. Pero no hubo respuesta. Solo silencio y oscuridad.

Finalmente llegó al final del pasillo donde encontró una puerta cerrada con llave. Uña sabía que esa puerta nunca había estado allí antes y sintió mucha curiosidad por saber qué había detrás de ella. "Seguramente mis muñecas están detrás de esta puerta", pensó Uña emocionada.

Buscando la llave entre las cajas viejas encontró una pequeña nota escrita por su abuela: "Querida Uña, detrás de esta puerta hay algo muy especial para ti".

Con la llave en mano abrió la puerta lentamente y quedo sorprendida al ver una habitación llena de juguetes antiguos y nuevos. "Uau, ¡esto es increíble!", exclamó Uña mientras se adentraba en la habitación. Allí encontró a sus muñecas pero también descubrió muchos otros juguetes que nunca había visto antes.

Se sintió muy feliz y emocionada al ver todo lo que había detrás de esa puerta misteriosa. Pero el mayor regalo fue cuando su abuela le explicó que todos esos juguetes habían sido coleccionados por ella durante su vida y quería compartirlos con su nieta.

Desde ese día, Uña aprendió la importancia del valor sentimental y el cuidado de los objetos especiales.

Desde entonces, cada vez que visitaba a su abuela pasaban horas juntas compartiendo historias sobre los juguetes antiguos y creando nuevas aventuras con las muñecas. Y así, Uña aprendió que siempre hay algo especial esperándonos detrás de las puertas cerradas si nos atrevemos a explorar con valentía.

FIN.

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