La heladería mágica de Beatriz y Carla



Beatriz era una tía muy especial. Siempre tenía una sonrisa en su rostro y un brillo mágico en sus ojos. Carla, su sobrina, la adoraba y siempre estaba ansiosa por pasar tiempo con ella.

Un día soleado, Beatriz le propuso a Carla ir a la heladería, pero no a cualquier heladería, ¡sino a una heladería mágica que se encontraba en el bosque encantado! Carla, emocionada, aceptó de inmediato.

- Tía Beatriz, ¿cómo es la heladería mágica? - preguntó Carla mientras caminaban hacia el bosque. - Es un lugar maravilloso, lleno de sabores sorprendentes y colores brillantes.

Pero lo más especial de todo es que cada helado tiene el poder de hacer realidad un deseo, siempre y cuando lo disfrutes con todo tu corazón -respondió Beatriz con una mirada llena de emoción. Cuando llegaron al bosque, se encontraron con un cartel que decía 'Heladería de los Deseos'. Al entrar, fueron recibidas por un simpático heladero con un sombrero puntiagudo.

- Buenos días, viajeras. ¿En qué puedo servirles? -dijo el heladero con una reverencia. Carla y Beatriz observaron la increíble variedad de helados que había en la heladería, desde helado de arcoíris hasta helado de estrellas fugaces.

Finalmente, Carla eligió un cono de helado de unicornio y Beatriz uno de helado de sueños. Al dar el primer bocado, sintieron una cálida energía recorrer todo su ser. Mientras saboreaban los deliciosos helados, comenzaron a ver destellos de colores brillantes a su alrededor.

De repente, se encontraron volando sobre el bosque encantado, rodeadas de hadas y duendes.

Carla no podía creer lo que estaba sucediendo, ¡su deseo de volar se había hecho realidad! Beatriz, por su parte, se encontraba escribiendo en el aire con trazos luminosos, ¡su deseo de poder hacer arte mágico también se había cumplido! Juntas, disfrutaron de su mágica aventura, explorando el bosque y haciendo nuevos amigos mágicos.

Al atardecer, regresaron a casa con el corazón lleno de alegría y con la certeza de que los deseos pueden hacerse realidad si se creen con fuerza.

Desde ese día, Carla y Beatriz visitaron la heladería mágica siempre que necesitaban un poco de magia en sus vidas, recordando que los verdaderos deseos se cumplen con amor y alegría en el corazón.

FIN.

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