La heroína de los planetas
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Espacial, donde vivía una niña curiosa y soñadora llamada Luna.
Luna siempre miraba al cielo con admiración y se preguntaba qué secretos escondían las estrellas y los planetas que brillaban por la noche. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Luna encontró un extraño objeto brillante entre los árboles. Era redondo y parecía estar hecho de metal.
Sin dudarlo, lo tomó entre sus manos y sintió una corriente de energía recorrer todo su cuerpo. En ese momento, escuchó una voz misteriosa que le susurraba: "Luna, has sido elegida para descubrir los secretos de los planetas".
Intrigada y emocionada, Luna guardó el objeto en su bolsillo y regresó a casa. Esa misma noche, mientras todos dormían, la luz del objeto comenzó a parpadear y a proyectar un mapa estelar en la habitación de Luna.
La niña observaba maravillada cómo se mostraban los diferentes planetas del sistema solar. De repente, el objeto emitió un destello deslumbrante y transportó a Luna al espacio exterior. Flotando en la inmensidad cósmica, se encontró frente a frente con Mercurio, el planeta más cercano al Sol.
"¡Hola! Soy Mercurio", dijo el planeta con una voz cálida y acogedora. "¡Wow! ¡Eres increíble!" exclamó Luna sin poder contener su emoción.
Mercurio le mostró sus cráteres y montañas, explicándole cómo era su superficie rocosa debido a la intensa actividad volcánica que había tenido lugar allí. Después de despedirse de Mercurio, el objeto llevó a Luna hasta Venus, el planeta más brillante en el cielo nocturno. "¡Hola! Soy Venus", dijo con alegría.
"¡Qué hermosura eres!" respondió Luna maravillada por la atmósfera nubosa del planeta. Venus le contó sobre su clima extremadamente caliente e inhospitalario debido al efecto invernadero provocado por sus densas capas de gases.
El viaje continuó llevando a Luna hasta Marte, donde conoció al simpático planeta rojo que le mostró sus polvorientos desiertos y sus heladas casquetes polares. Sin embargo, cuando llegaron a Júpiter, el gigante gaseoso les dio una noticia preocupante:"Luna querida... hay un asteroide dirigido hacia la Tierra. Debes regresar rápido para advertirles".
Luna sintió miedo pero sabía que debía hacer algo para ayudar a su hogar. El objeto misterioso la llevó de vuelta a Villa Espacial justo a tiempo para alertar a todos sobre el peligro inminente.
Con valentía e ingenio lograron desviar al asteroide antes de que causara daños irreparables. A partir de ese día, Luna se convirtió en la heroína del pueblo gracias a su valentía y determinación para proteger su hogar.
Y aunque ya no pudo visitar más planetas personalmente, siguió observándolos desde la Tierra con amor y gratitud por todo lo aprendido en aquella increíble aventura espacial.
FIN.