La historia de Abrahamnys y sus vacas



Érase una vez, en un pequeño pueblo de Colombia, vivía una niña llamada Abrahamnys. Ella tenía un don especial para comunicarse con los animales, y su corazón latía por ellos con una fuerza impresionante. Entre todos, había dos que ocupaban un lugar especial en su vida: Lola y Mariposa, sus queridas vacas.

Lola era una vaca de pelaje marrón brillante, y era conocida por su carácter juguetón. Mariposa, en cambio, era una vaca blanca con manchas negras, y era muy cariñosa. Cada día, después de la escuela, Abrahamnys corría al corral para jugar con ellas.

"¡Hola, Lola! ¡Hola, Mariposa! ¿Listas para la aventura de hoy?" - exclamaba Abrahamnys mientras les acariciaba la cabeza.

Un día, mientras pasaban la tarde juntas, Abrahamnys encontró un mapa antiguo en el desván de su abuelo. El mapa mostraba la ubicación de un bosque misterioso, y al verso decía que en su interior había un lago mágico que concedía deseos.

"¡Chicas! ¡Debemos ir a buscar ese lago!" - le decía emocionada a Lola y Mariposa.

Lola, con su espíritu aventurero, movió la cola en señal de que le encantaba la idea, mientras que Mariposa pareció un poco menos entusiasmada.

"¿Y si nos perdemos?" - preguntó Mariposa con su voz suave.

"No te preocupes, Mariposa. Iré junto a ustedes, y juntos podemos encontrarlo. ¡Ustedes son mis mejores amigas y nunca las dejaré solas!" - prometió Abrahamnys con determinación.

Al día siguiente, con una mochila llena de bocadillos y una linterna, Abrahamnys partió junto a sus vacas hacia el bosque. Caminaban entre árboles altos y flores brillantes, disfrutando del aroma fresco del campo. Pero al poco tiempo, el camino se tornó confuso.

"No reconozco este lugar..." - dijo Abrahamnys, frunciendo el ceño.

"Quizás si le preguntamos a los animales del bosque, ellos puedan ayudarnos" - sugirió Lola.

Siguiendo el consejo de Lola, Abrahamnys se acercó a un grupo de aves cantoras que estaban en una rama.

"¡Hola! Necesitamos encontrar el lago mágico. ¿Saben dónde está?" - preguntó.

"Sigan el sonido del agua, se los llevará a donde necesiten ir" - respondió el loro, con un tono melodioso.

Las tres amigas siguieron el sonido del agua y, tras un rato de caminata, finalmente llegaron a un lago hermoso, rodeado de flores de todos los colores. El agua brillaba como un diamante bajo el sol.

"¡Lo logramos!" - gritó Abrahamnys llenándose de alegría.

"¡Tienes razón, fue una gran aventura!" - rió Lola mientras brincaba.

Mariposa, aún un poco insegura, observó atentamente el lago.

"¿Qué vamos a pedir?" - preguntó Mariposa, sus ojos llenos de curiosidad.

Abrahamnys pensó un momento y, con una sonrisa, dijo:

"Voy a pedir que siempre podamos tener aventuras juntos, que nunca falten los días de sol y diversión. ¿Qué les parece?"

"¡Me encanta!" - exclamó Lola.

"¡Yo también!" - agregó Mariposa al ver el brillo en los ojos de su amiga.

Juntas, lanzaron una piedra al agua y pidieron su deseo. Al instante, una suave brisa acarició sus rostros y el lago comenzó a brillar aún más. En ese momento, Abrahamnys sintió que el universo les sonreía.

Después de disfrutar del mágico lago, decidieron que era hora de volver a casa. Pero en el camino de regreso, Abrahamnys escuchó una voz que decía:

"Gracias por cuidarnos siempre".

Sorpresa y emoción llenaron su corazón. Era la voz de los animales que vivían en el bosque.

"Ustedes son grandes amigas y el respeto y amor que tienen por los animales es admirable. Si necesitan ayuda, aquí estaremos para ustedes" - dijo el loro nuevamente.

Desde entonces, cada vez que Abrahamnys, Lola y Mariposa salían de aventura, sabían que el bosque y sus habitantes eran amigos que podrían ayudarles. Aprendieron que la amistad, el respeto y el amor hacia los animales siempre traen magia a la vida.

Y así, la niña y sus vacas siguieron compartiendo experiencias, cuidando del entorno y disfrutando de cada día juntos, porque cada aventura es un nuevo capítulo en la extraordinaria historia de la amistad.

FIN.

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