La historia de Clara


Clara era una niña muy activa y siempre estaba en movimiento. Desde pequeña, le encantaba saltar, correr y hacer piruetas. Pero lo que más disfrutaba era la gimnasia artística.

Cada vez que veía una competencia por televisión, se emocionaba tanto que no podía evitar imitar los movimientos de las atletas. Un día, su mamá la llevó a un centro deportivo donde daban clases de gimnasia artística. Clara estaba muy emocionada y no podía esperar para empezar.

Cuando llegaron al lugar, vieron a un grupo de niñas haciendo acrobacias impresionantes en el tapiz. "¡Mamá, quiero ser como ellas!", dijo Clara con ojos brillantes. Su mamá sonrió y la animó a probarlo.

Clara se unió al grupo y comenzó a entrenar duro cada semana. Aprendió nuevos movimientos y mejoró sus habilidades poco a poco. Un día, mientras practicaban en el tapiz, el entrenador les propuso participar en una competencia local.

Las niñas estaban entusiasmadas pero también nerviosas por enfrentarse a otros equipos. "No sé si puedo hacerlo", dijo Clara insegura. "Por supuesto que puedes", respondió su entrenador. "Solo tienes que creer en ti misma y seguir practicando".

Con esfuerzo y dedicación, Clara logró superar sus miedos e inseguridades para dar lo mejor de sí misma en la competencia. Aunque no ganaron el primer lugar, todas las chicas recibieron medallas por su valentía y perseverancia. "¡Lo logramos!", exclamó Clara con alegría.

"Sí, lo hicimos", dijo su entrenador. "Estoy muy orgulloso de ustedes". Desde entonces, Clara siguió practicando y mejorando sus habilidades en la gimnasia artística.

Nunca dejó de creer en sí misma y siempre trabajó duro para alcanzar sus metas. "Gracias por enseñarme a ser fuerte y perseverante", le dijo Clara a su entrenador. "No hay problema, pequeña campeona", respondió él con una sonrisa. Clara aprendió que con esfuerzo y dedicación, cualquier sueño puede hacerse realidad.

Y que lo más importante es creer en uno mismo para lograrlo.

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